Ninguno de los diseños que hemos puesto en marcha hasta ahora ha sido la panacea. Son soluciones temporales que con el tiempo van perdiendo eficacia". Así de rotunda se muestra Ana Lafuente, delegada de Iberdrola en Extremadura, para referirse a la imposibilidad hasta el momento por parte de la compañía de hallar un dispositivo que minimice los anidamientos de aves en tendidos, causa del 20% de las interrupciones del suministro en el territorio de esta eléctrica (casi toda la provincia de Cáceres y una parte de Badajoz). De toda la avifauna, el principal problema lo representan los nidos de las cigüeñas, cuya población ha proliferado enormemente en los últimos años.

Ante el avance del censo de cigüeñas, Endesa e Iberdrola --las dos mayores distribuidoras de energía eléctrica de Extremadura-- se están planteando extender a sus 14.000 kilómetros de líneas eléctricas --o al menos a todos los puntos de la red donde hay una mínima posibilidad de anidamiento-- alguno de los dispositivos disuasores que manejan en la actualidad en tanto en cuanto consiguen idear algún elemento de eficacia definitiva.

Los sistemas disuasorios más comunes utilizados hasta el momento por las eléctricas son los tejadillos de chapa a dos aguas a modo de tiendas de campaña o pinchos metálicos en posición vertical, como si se tratara de un peine. Pero, hasta ahora, estos elementos sólo han conseguido resultados temporales y ha quedado demostrado que pese a su instalación en los apoyos (postes) de las líneas, las cigüeñas acaban consiguiendo poner el nido.

DE 100 A 200 KILOS Según explica José María Díaz Mancha, técnico de la compañía Sevillana Endesa en Badajoz, lo normal es que los nidos pesen entre 100 y 200 kilos. La principal perturbación para la red se produce en las semanas en que estas aves construyen los nidos, fase en la que las cigüeñas realizan numerosas aproximaciones a la parte superior del apoyo de la línea para dejar caer ramas y otros elementos que, al caer sobre los tendidos, provocan interrupciones en el suministro.

Díaz Mancha afirma que el censo de cigüeñas se ha desbordado y que Extremadura padece una auténtica "plaga" de estas aves. Las cigüeñas, explica, se han extendido ya a todo el territorio que abarca Endesa en Extremadura --todo el oeste y sur de la provincia de Badajoz-- y representan un problema en la calidad del suministro de la compañía. "El problema de fondo es que hay un censo excesivo de cigüeñas. Hay una plaga. Tenemos apoyos en los que hay seis nidos y eso no hay quien lo controle", afirma Díaz Mancha.

El territorio de las cigüeñas se va ampliando y con él las perturbaciones en el suministro. Son los casos de Zafra y Fuente de Cantos, por ejemplo, donde hasta el momento no se habían provocado interrupciones por tal motivo anteriormente.

La estrategia de las eléctricas en su lucha contra las cigüeñas ha sido el de prueba-error, es decir, han ido ideando dispositivos y comprobando sobre el terreno su eficacia. "No tenemos un sistema fetén", afirma Mancha.

Al tratarse de un ave protegida, las eléctricas sólo pueden retirar los nidos de los apoyos fuera de la época de cría para instalar los dispositivos disuasores. Endesa calcula que hay nidos en al menos 600 o 700 apoyos de sus 4.000 kilómetros de líneas en Badajoz y en un centenar de ellos tienen colocados disuasores. Iberdrola asegura que la estadística sobre nidos en su red no es del todo próxima a la realidad, pero aún así calcula que al menos habría unos 200.

CALIDAD DEL SERVICIO Ana Lafuente considera que el incremento de la población de cigüeñas supone un obstáculo importante en los esfuerzos por la mejora de la calidad del suministro que está haciendo Iberdrola. Y pone como ejemplo las cifras: mientras que en otras regiones españolas de Iberdrola ( Castilla y León, Comunidad Valenciana, Navarra y parte de Castilla-La Mancha y Madrid) apenas el 2% o el 3% del tiempo de interrupción anual del suministro está provocado por la avifauna, en el caso de Extremadura esto provoca el 20% de los cortes.