Pasa de negro, pasa grande... Pasa y se nota. Los chavales lo señalan: "Mira colega, ahí va el Lobo". Paco Núñez, Paco Lobo, de vuelta, pero con proyectos, escéptico, pero entusiasmándose en cuanto la vida le da un poco de cuerda. A veces se pone derrotista y asegura que vivimos tiempos horteras. Después le puede la vena nostálgica y se le llenan los ojos de luz recordando los felices 80 en su garito maldito, Radio Carolina, en su estandarte de la movida, el inefable Rita.

¿Por qué le llaman Lobo?

-- Porque me gusta la noche y me gusta recorrerla en solitario. Al principio me molestaba, pero luego acabé haciéndolo comercial, aunque la parte del negocio la lleva mi hermano Manolo, yo soy más romántico.

En Cabezarrubia hay una estatua dedicada a la azafata que simboliza el alma pija de Cáceres. A usted deberían levantarle una estatua en La Madrila como recuerdo canalla de la gloriosa movida cacereña.

-- En aquellos tiempos hasta a los políticos les gustaba divertirse. En los 80, Carlos Sánchez Polo, el alcalde, iba al pub Rita y yo le preparaba una mesa y se sentaba con Alicia Izaguirre, la gobernadora civil. Iba también el rector de la universidad y hasta Saponi acudía a los conciertos. Yo lo conocí allá por el 85 por primera vez en uno que se celebró en la Universidad Laboral con los gallegos Golpes Bajos, los portugueses GNR y los cacereños Coup de Soup.

Pero el PP dice que en los 80, los socialistas invitaban a las gentes a venir a Cáceres a la movida y a emborracharse y que de ahí vienen los problemas del botellón .

-- Eso no es cierto. Lo que realmente vendía Cáceres eran actividades culturales, fotografía, artes plásticas, moda, conciertos. El botellón de hoy es sólo beber.

ESCUCHANDO CHUNDA CHUNDA

¿No mitifica usted el tiempo pasado, no era lo cultural algo aislado y la bebida, el centro de la movida?

-- En el 89 estaba en Cáceres Carmina Ollero, que ya entonces hacía pases en Pasarela Cibeles. Había una efervescencia artística porque el tema político ya estaba encauzado con la victoria socialista en las elecciones generales. Me molesta muchísimo que se llame movida al botellón cuando los jóvenes de ahora van a los festivales y ni entran a oír música, se quedan en los coches bebiendo y escuchando chunda chunda . Es un problema cultural de pérdida de valores, de encefalogramas planos, de triunfitos . Ya lo dijo Italo Calvino: quien no sale en televisión, no existe. La movida de antes era creativa y los garitos, como el Rita, tenían personalidad. Podían ser cutres, pero con personalidad, no como los de ahora, que son copias. Las revistas nacionales hablaban del Rita. Teníamos máquinas de condones, que era muy novedoso. Traíamos actuaciones. Venían muchos argentinos y quedaban alucinados con Cáceres, venía gente de lejos, de Sevilla, de Canarias, de Salamanca a participar de la movida de Cáceres. Hoy los modernos son de Montijo, de Miajadas o de Monterrubio de la Serena. Y eso se nota.

¿Por qué se para la movida y se impone el botellón?

-- La explosión del globo fue en 1992 con la Expo, con lo de Juan Guerra, el Roldán... Llega la desilusión, se empiezan a perder los valores y llegamos a lo de hoy, que tú le preguntas a un joven por Brad Pitt y sabe quién es, pero no tiene ni idea de quiénes eran Kafka o Bakunin. Hace falta una preparación social, cultural y política, pero lo que tenemos es una televisión que fabrica monstruos en salsa rosa. Es el sálvese quien pueda, los monstruos de Gran hermano ... Bueno, y luego están los nuevos artistas. ¿Usted sabe lo payasos que son los triunfitos ?

No, no lo sé.

-- Los artistas de Operación triunfo son ridículos, prepotentes... Son artistas clónicos. El Nández ése, la Rosa, la Chenoa con su sonido Estefan, que suenan todos igual. Tú ves a Manolo García y da gusto, es sencillo. Sabina es un degenerado, pero tiene su gracia. Son gente íntegra, como Los Secretos, con enjundia, o Loquillo, que da gusto. Los triunfitos sólo saben hablar de colonias, de chicas, de besos...

Ver más