Aunque primero trabajó como dependiente de una zapatería, a Alberto López la vocación de Correos le viene de familia (su padre trabajaba en el área de telégrafos) y decidió dar continuidad al oficio. Desde hace 12 años, cuando sacó las oposiciones, es cartero. Actualmente trabaja en Mérida, su ciudad natal, pero antes pasó por Madrid y por dos localidades pacenses, Zafra y Arroyo de San Serván.

Orgulloso de su profesión y más que satisfecho con su horario (de 7.30 a 14.30 horas), Alberto confía en el futuro de este servicio. De hecho, desde su experiencia no detecta una caída en la utilización del mismo, sino una transformación: "Sí que es cierto que el envío de cartas ya es prácticamente inexistente, apenas quedan las felicitaciones de Navidad y las postales, pero ha aumentado el intercambio de paquetes, especialmente a raíz del auge de la venta por internet, y también hay más notificaciones y certificados".

Sí que hay aspectos en los que cree que la crisis económica puede estar directamente influyendo, como la caída de las suscripciones a revistas, que su experiencia le dice que es mucho menor en los últimos meses. Pero en lo que respecta al volumen total del trabajo, considera que puede haberse reducido ligeramente, pero que varía en función de las secciones. "Por ejemplo, en las ciudades, no se nota bajón", apostilla.

Por lo que sí está preocupado es por la liberalización del sector. Por eso, apuesta por la potenciación del sector de la paquetería, en base a ese auge por internet del que hablaba antes y en base al cual está convencido de que "tiene mucho futuro". En todo caso, predice que la competencia les obligará a apretarse "las clavijas".