Tras dos años al frente de la Conferencia de Rectores (CRUE), el máximo responsable de la Universidad de Extremadura, Segundo Píriz, deja el cargo llevándose sobre todo «buenos momentos» y recalcando que, frente a algunas opiniones en contra, «en España ni sobran universidades ni sobran universitarios».

-¿Cuál ha sido su mejor y su peor recuerdo como presidente de los rectores?

-Han sido casi todos buenos recuerdos, pero probablemente el mejor haya sido cuando se alcanzó un acuerdo para que más de 300.000 estudiantes supiesen cómo acceder a la universidad. Fueron meses duros para estudiantes, padres y profesores; estaban inquietos. Se hizo un trabajo muy importante por parte de la CRUE y del Ministerio (de Educación), coincidimos en tener una prueba muy parecida a la Prueba de Acceso Universitario (PAU) -la antigua Selectividad-. Y no se rompió el distrito único universitario que permite la movilidad de todos los estudiantes por nuestro país. El peor, quizá, el 23 julio de 2016, en la asamblea en la que decidíamos nuestra posición sobre la duración de grados y máster, el famoso ‘3+2’ y ‘4+1’, aunque gracias a la actitud de todas las universidades, conseguimos poner razón en el sistema con ayuda del ministerio.

-¿Está de acuerdo con los que opinan que sobran universidades y universitarios en España?

-De forma objetiva, ni sobran universidades ni sobran universitarios. Lo digo cada vez que he podido y con datos en la mano. En España hay una universidad cada 500.000 habitantes aproximadamente y es una media inferior a la europea; en Estados Unidos hay una universidad por cada 90.000 habitantes. Y el número de españoles en las universidades está por debajo de la media de muchos países del entorno. La UE recomienda que para 2020 el 40 por ciento de la población esté en la Universidad y todavía no llegamos.

-¿Son factibles las carreras con menos de 20 alumnos en el sistema universitario?

-Es un problema que hay que analizar, es el ajuste fino. En Extremadura, cuando no se llega a un número determinado de alumnos, tanto a nivel de grado y máster, hay que tomar medidas. Tendría que haber una mayor coordinación en las comunidades para analizar este tema, pero desde luego hay títulos que desde el punto de vista de la lógica y el sentido común son difícilmente sostenibles.

-¿Por qué hay tanta diferencia entre comunidades en el gasto público universitario?

-Los extremos creo que están entre la Universidad Pública de Navarra (sobre 9.000 euros por estudiante y curso) y la Universidad de Extremadura (5.100 euros). La diferencia es muy importante, casi el doble, y se debe sin duda a las transferencias educativas. Cuando se hicieron, las universidades públicas comenzamos a depender de nuestra comunidad y es lógico pensar que si una región tiene más recursos que otras al final el resultado sea dispar.

-¿Se reformará el sistema de becas que exige unos requisitos académicos para optar a ellas?

-Cuando las universidades ponemos un 5 para aprobar es porque en algún sitio hay que poner la barrera, aunque es muy difícil la frontera para delimitar el aprobado del suspenso. Pero cuando uno pone una barrera para diferenciar entre las personas que tienen un dominio mínimo de una materia y los que todavía no lo han alcanzado se está diciendo que un 5 supone un conocimiento. Y si un 5 es la nota de corte para superar una asignatura, pues entendemos que no debe haber esta diferencia y pedir un 5,5 para acceder a una beca. Los rectores siempre hemos defendido que nuestros estudiantes puedan acceder a la beca a partir del 5.