El alcalde de Cañamero, Carlos Bravo, resumió ayer los efectos de los incendios que desde el jueves asolan las Villuercas-Ibores con estas palabras: "en horas hemos perdido el trabajo de generaciones". Y es que los alcaldes de los pueblos afectados eran ayer un puro lamento.

Desolación, preocupación, miedo e indignación. Así los encontró el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que se desplazó a la zona y mantuvo en Cañamero una reunión con los ediles. Ibarra les aseguró que la Junta de Extremadura "dará respuesta" a sus demandas y pidió la colaboración de todos para localizar a los autores de los mismos, según informa la agencia Efe.

El jefe del Ejecutivo regional destacó que en un sólo día se consiguiera controlar la situación, y se preguntó "quién demonios" puede cometer estos actos, ya que, en su opinión, "son tan terroristas como los de ETA o los de los atentados de Londres".

Ibarra, que considera suficientes los medios contra el fuego en la región, pidió colaboración a los vecinos para esclarecer la autoría de los incendios, y se congratuló de que, por fin, la Fiscalía General del Estado persiga "estos atentados".

Rodríguez Ibarra, que estuvo acompañado por el consejero de Economía e Industria, Manuel Amigo, y el de Agricultura y Medio Ambiente, José Luis Quintana, informó también de que el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, le ha llamado desde China para interesarse por la evolución de los incendios.

El alcalde de Guadalupe, Modesto Rubio, también señaló que su localidad vivió momentos de nerviosismo porque estuvo cerca de ser desalojada.