Un día sus vidas cambiaron sin más. Un accidente con el coche, en la bañera, una estúpida caída mientras practicaban su deporte favorito un simple despertar tras un profundo sueño les impidieron caminar, hablar o practicar otras actividades de su vida diaria. Es la realidad que viven las casi 6.000 personas que padecen Daño Cerebral Adquirido (DCA) en la región. Una dolencia que lejos de los afectados y sus familias, pocos más conocen, que puede convertir a los pacientes en grandes dependientes y que hasta ahora ha permanecido en un segundo plano en el sistema sociosanitario extremeño.

Sin embargo ayer, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, acudió junto a otras autoridades al acto de colocación de la primera piedra del centro de rehabilitación neurológica de Extremadura, una iniciativa pionera en la región que servirá para dar terapia específica a los pacientes con daño cerebral adquirido --es decir, el que no es de nacimiento-- severo, siempre y cuando existan atisbos de recuperación.

La iniciativa ha sido puesta en marcha por la empresa Casaverde, que ya cuenta con centros de este tipo en otras regiones y que invertirá más de 10 millones de euros en el de Extremadura. El centro se ubicará en Mérida, dispondrá de 100 camas y además, generará 100 empleos directos, según explicó ayer el director de la empresa, Alberto Jiménez. Se trata por tanto de un centro que nace de la iniciativa privada pero que según explicó Vara, funcionará como un paternariado con la Administración regional, lo que significa que "el Sistema Extremeño de Salud (SES) colaborará enviando a los pacientes que considere necesario y pagando por ellos, lo que hará que la empresa recupere así la inversión realizada".

El presidente destacó además que "este centro viene a llenar un hueco en el sistema sociosanitario extremeño" --hasta ahora estos pacientes, a pesar de necesitar atención específica, eran rehabilitados en los hospitales o fuera de la región-- y explicó que se había recurrido a la inversión privada para su puesta en marcha "porque el sistema público no tiene la especialización suficiente para abordar este complejo asunto". Según las previsiones, acogerá a los primeros pacientes en el segundo semestre del 2011, cuando está previsto que finalicen las obras, ya iniciadas.

Aunque es una dolencia difícil de cuantificar, se estima que el DCA afecta a más de 300.000 personas en toda España, según las previsiones de la Federación Española de Daño Cerebral. Su principal causa suelen ser los traumatismos craneo-encefálicos causados por un accidente de tráfico por lo que mayoritariamente, afecta a personas jóvenes. Otras causas pueden ser los infartos cerebrales o ictus, las encefalopatías relacionadas con las paradas cardiorrespiratorias u otro tipo de enfermedades infecciosas o inflamatorias. No obstante, a pesar de la magnitud del problema, existe una ignorancia casi absoluta del DCA y perdura todavía la falsa creencia de que después del coma, el afectado abre los ojos y regresa a su vida anterior al accidente. Pero la realidad es diferente: el paciente y su familia tendrán que aprender a vivir casi desde cero con grandes dificultades añadidas.