"Mujer joven, con un cargo de responsabilidad, jornada laboral prolongada y poca ayuda doméstica". Es el perfil de la trabajadora con adicción a sustancias como el alcohol o el tabaco, según un estudio elaborado por la Confederación de Entidades para la Economía Social y Autónomos de Extremadura (Cepes). El informe también advierte que las empresarias, mayores de 55 años, divorciadas y que realizan las tareas domésticas en solitario son las que presentan más tendencia a consumir psicofármacos.

La presencia de adicciones muchas veces se relaciona con situaciones de alto estrés, frustración, insatisfacción personal... que frecuentemente deben afrontar los trabajadores autónomos. Así lo explica Julia Rodríguez, psicóloga, que puntualiza que estos factores "suelen agravarse en el caso de las mujeres, por su triple papel como empresaria, trabajadora y madre en muchas casos".

Además, Rodríguez recuerda que "en el ámbito laboral, la mujer no solo debe hacer frente a los requerimientos de su puesto de trabajo como cualquier profesional, sino que ha de hacerlo por encima de las expectativas para cualquier trabajador varón". Esto, continúa, "genera situaciones de estrés, frustración e insatisfacción que pueden llevar al desarrollo de conductas adictivas como válvula de escape emocional a dicha situación".

Más edad, más fármacos

Es lo que refleja el estudio de Cepes, según el cual una de cada cuatro autónomas ha tomado psicofármacos y, de las consumidoras, la mitad lo hace a diario y, en su mayoría (el 76,8%), por receta de su médico de familia. El uso de este tipo de medicación aumenta entre las mujeres más mayores (a partir de 55 años), con puestos de responsabilidad a jornada completa, que consideran que su sueldo se ajusta "poco" a las tareas que desempeñan. Por el contrario, es menor entre trabajadoras más jóvenes, a tiempo parcial y que sí ven adecuada la remuneración que perciben por su trabajo.

En cambio, la tendencia cambia cuando se analiza el consumo de alcohol y tabaco, que es mayor entre las mujeres de 16 a 25 años. En el caso del alcohol, la mayoría afirma que su consumo es moderado y se vincula al ocio, por lo que no se plantean abandonarlo. No ocurre lo mismo con el tabaco, hábito que desearían dejar de lado el 62,2% de las consumidoras, como definen casi un tercio de las 400 encuestadas, que dice fumar habitualmente.

A tenor de los resultados, el responsable de Cepes, José Alberto Hidalgo, la presidenta de la Organización Regional de Mujeres Empresarias (Ormex), Elisa Barrientos, y el secretario de Drogodependencia del SES, Quintín Moreno, --que presentaron el estudio en Mérida-- recalcaron la necesidad de hacer campañas informativas y acciones de prevención de las adicciones, que demandan el 90% de las encuestadas.

Por su parte, la psicóloga Julia Rodríguez recuerda la existencia de otra adicción que está, asegura, "entre las más frecuentes en empresarias": la adicción al trabajo. A su juicio, este problema se toma generalmente poco en serio, pero avisa que "de no ser tratado convenientemente, puede generar todo tipo de dolencias físicas tan graves como el alcohol y el tabaco", ya que provoca diversos trastornos derivados de la falta de capacidad para hacer compatibles la vida personal y laboral.