La bolsa inmobiliaria que las entidades financieras tienen a la venta en la región sigue inflándose. Una decena de ellas (Santander, la Caixa, Caja Duero, Caja Extremadura, BBVA, Caja Madrid, Caixa Catalunya, Banco Popular y Caja Sur) superan ya en conjunto los cuatrocientos inmuebles, entre viviendas, garajes o locales comerciales, según datos facilitados por las propias entidades o recabados en las web de sus portales inmobiliarios.

Esta cifra duplica prácticamente la que se contabilizaba a finales de mayo pasado, a pesar de las facilidades que se han estado ofreciendo para la adquisición de estos inmuebles (descuentos en los precios, planes de financiación o mayor comodidad en los pagos, entre otras). Hace nueve meses, por ejemplo, el portal especializado del Banco Santander (www.altamirasantander.com) no incluía ninguna referencia en la región. Ahora, son 80, agrupadas en cuatro promociones en Don Benito, Granja de Torrehermosa y ambas capitales de provincia. Solo Caja Duero tiene un estoc superior al del Santander. En los últimos nueve meses, la caja castellanoleonesa ha pasado de 46 inmuebles a 101. Otras entidades con un número elevado de activos son el Banco Popular, con 53, o la Caixa con 46. Todas estas propiedades suelen llegar a los bancos a través de tres vías: embargos, daciones en pago y promotores que las dan a cambio de cancelar las deudas.

Esta misma semana, el Banco de España ha elevado al 30% la provisión que bancos y cajas deberán realizar sobre el valor de tasación de los activos inmobiliarios que hayan permanecido en su balance durante más de un año, informa Europa Press.

El instituto emisor ha endurecido los requisitos de reserva de dinero para imprevistos a medida que la crisis del ladrillo ha ido lastrando los balances bancarios, ya que antes de noviembre del 2009 la obligación de provisionar por activos inmobiliarios no pasaba del 10%. Esta mayor exigencia de dotación, que las entidades deberán consignar en sus cuentas correspondientes al 2010, cumple un doble objetivo. Por una parte, pertrechar a las entidades para que afronten posibles pérdidas por venta de pisos y solares, por ejemplo, en caso de que el precio de salida sea inferior al de tasación.

Por otra parte, al elevar estas provisiones se incentiva a las entidades financieras a que se desprendan cuanto antes de estos activos y, por tanto, también a aumentar los descuentos.