El entierro se retrasó cerca de media hora porque desde la Concejalía de Cementerios se dio orden al encargado del camposanto de no permitir la entrada a los medios gráficos, por lo que los periodistas pidieron explicaciones al ayuntamiento, que respondió que no había autorización de Instituciones Penitenciarias.

Aunque el director de la cárcel, Carmelo Charfolé, explicó que esta institución "no tiene competencia sobre un edificio público y municipal", el consistorio insistió en su negativa. Los periodistas se plantaron ante el coche fúnebre impidiendo su entrada, por lo que llegó la Policía Local, pero no desistieron, pudiendo al final entrar.