"El mobiliario está bien dispuesto; puedo entrar fácilmente por las rampas y las puertas anchas, subir a todas las plantas por ascensor y ver los expositores desde la silla de ruedas". Con esta breve descripción del recorrido por las tres alturas del Museo Casa Pedrilla de Cáceres, este edificio está más que bien calificado como icono de accesibilidad.

Así lo considera una reciente publicación de la Plataforma de Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (Predif) que destaca los monumentos, museos y puntos de interés turístico accesibles para todos. Y es que, "cuando se preocupan lo hacen bien", señala Elizabeth Gerlein, una colombiana afincada en Cáceres desde hace unos 20 años que sufre una enfermedad neurodegenerativa, esclerosis múltiple, por la que necesita una silla de ruedas desde hace unos ocho años.

Con ella hemos visitado este museo para valorar de primera mano aspectos que diariamente para muchos pasan desapercibidos: alternativas a las escaleras, ascensores, espacios amplios para permitir las maniobras y la circulación, puertas suficientemente anchas, aseos adaptados y mostradores y vitrinas a baja altura. Son las características más destacadas de este espacio que valora tanto la guía nacional como Elizabeth. Ella sabe bien lo que es darse la vuelta nada más llegar a un lugar que quieres visitar pero al que no puedes entrar. "Sientes tal rabia que hay sitios en los que ya ni lo intentas por si acaso", comenta. Pero las limitaciones no son solo para las personas con movilidad reducida, "también las sufren ancianos y madres que llevan carritos de bebé".

Por eso reconoce que aunque se va mejorando aún hace falta "conciencia ciudadana" para que las personas que sufren discapacidad puedan disponer de la misma autonomía que cualquiera. "Es lo que más se valora, no depender de nadie para ir a una oficina o una tienda", reflexiona esta ya cacereña mientras admira las fotografías, piezas y cuadros que forman este museo de historia y cultura.

Además de este, la guía nacional destaca otros seis puntos de interés accesibles en la región, aunque reconoce que ninguno en el país cumple rigurosamente todos los requisitos: el Museo Nacional de Arte Romano y la Casa del Mitreo de Mérida, el Palacio de Carvajal de Cáceres, el Monasterio de Yuste, la catedral de Badajoz y el Parque Nacional de Monfragüe.

En la práctica hay más espacios que merecerían esta consideración. Un ejemplo es el edificio colindante al Museo Casa Pedrilla, la Casa Guayasamín, que Elizabeth también visitó sin limitaciones. "Pues este también deberían incluirlo en esa guía", comenta tras salir contenta de ambos museos que desconocía y a los que traerá a sus amigos ahora que ha comprobado que aquí no tendrá que quedarse en la puerta. Es solo un ejemplo de lo que debería ser más habitual. "Poco a poco se están intentando mejorar pero todavía hay bordillos que arreglar y rampas que hacer". Aunque no es lo único que facilita la vida a las personas con discapacidad. El uso de señalizaciones, antideslizantes, pasamanos, rótulos, sistemas visuales en los baños que avisen si están ocupados o libres o referencias táctiles para una mayor accesibilidad visual y auditiva está mucho menos extendido.