Susanna Griso ha elevado esta semana al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, al tedioso 'trending topic' de Twitter, y ensalzado la figura del político socialista oliventino que ha acaparado protagonismo con la valenciana Rita Barberá y a última hora con los andaluces Manolo Chaves y José Antonio Griñán.

Si alguien dentro del Partido Socialista no quería oír la opinión del 'barón' extremeño en contra de cualquier locura de intentona de empecinamiento en el no a Rajoy, sin que hubiera a la vez un plan alternativo como por ejemplo cobrarse la cabeza del gallego que vence, pero no convence ni a algunos de los suyos (caso Soria), a partir de esta semana puede tirar la toalla.

A pesar de lo ocurrido, del marasmo de críticas y descalificaciones a Vara, su figura dentro del socialismo español ha crecido sobremanera con estos acontecimientos. Aunque solo sea por el hecho de que es el único que arriesga y da su opinión, en unos tiempos críticos en los que cada cual debe definirse.

Porque como ha señalado estos días el ex secretario regional de UGT Antonio Rosa, está muy bien que unos barones o dirigentes del PSOE callen para criticar por lo bajini la insinuación abstencionista del presidente de la Junta, y que otros muy cualificados hayan salido en su defensa reclamando la libertad de opinión y la honradez política de Vara, pero, y sobre todo estos últimos, ¿cuál es la opinión de cada uno de ellos sobre el asunto trascendental que es la formación de nuevo Gobierno en Madrid? No la sabemos, y va siendo hora de que se conozca.

¿Defienden el no hasta último término para llevarnos a nuevas elecciones en diciembre? ¿Estudiarían una abstención para rendirse a la evidencia de que solo hay 85 diputados del PSOE y menguando? ¿Alguna estrategia para favorecer la gobernabilidad pero a la vez hacer pagar al PP por su corrupción de forma ejemplar a la vista de todos los españoles?

Lo más grave de lo dicho por el presidente extremeño en la entrevista con Susanna Griso en Antena 3 el lunes pasado, por encima de la falta de comunicación, es la quiebra manifiesta de confianza entre Sánchez y él: "Le he sido leal hasta donde él ha querido que lo sea", o "ser leal no significa dar palmas continuas al líder".

A partir de ahí, y solo unas cuantas horas después, fue cuando creció la oleada contra él en redes sociales, y más que críticas hubo descalificaciones, buen número de ellas adornadas con la reproducción de su carné en Alianza Popular. De momento, sobre su personal viaje político, sabemos que sin duda abrazó unas ideas y ahora otras distintas, una mudanza de la derecha a la izquierda con los matices que queramos; algunos de los que lo censuran podrían reflexionar, simplemente por prudencia, cuál será al cabo de las décadas el viaje ideológico y político de cada uno de ellos, ahora instalados aparentemente en la izquierda, porque ejemplos de revolucionarios marxistas-leninistas-maoístas-trotskistas pasados finalmente a la ultraderecha en sus años de madurez, tenemos unos cuantos.

POR OTRO LADO el linchamiento público parece ser muy español, pero poco coincidente con los principios socialistas, simplemente democráticos caramba, de crítica, libertad de opinión y tolerancia, algo que también deben hacérselo mirar algunos especialmente cuando el diputado socialista por Badajoz Ignacio Sánchez Amor ha insinuado, pidiendo normas, que se trata de campañas mediante robots informáticos y cuentas falsas, o posteriormente el presidente de Castilla-La Mancha y secretario regional del PSOE, García-Page, haya dicho que hay quien se dedica a grabar los comités federales del partido y luego se difunden por radio de forma interesada.

Posiblemente por eso, podría decirse Fernández Vara, es mejor hablar en público a disposición de todos, que en unos foros internos de donde salen luego los cortes de radio que interesan a una de las partes; manipulaciones fuera.

Muy prudentemente luego el presidente de la Junta no ha querido dar tres cuartos al pregonero; posiblemente esa incomunicación con Sánchez se haya roto de forma telefónica estos días tras el incendio; y doy por seguro que la figura del secretario regional de los socialistas extremeños ha quedado agrandada después de lo ocurrido, ha pasado un Rubicón y al margen de que la militancia socialista siga de corazón con el 'no' a Rajoy, y tienen muchísimas razones para ello, se ha ganado el respeto.

Los políticos, con episodios como este, podrían plantearse un motivo más para acabar con el atroz desempleo hispánico.

Como nos enseñaban de pequeños dentro de la moral de aquellos años, la ociosidad es madre de todos los vicios, a los que las tecnologías han incorporado modernamente el insulto y acoso en Twitter; tener a tanto parado durante tantas horas con el gatillo de las redes sociales en el dedo índice trae estas cosas, y la mala educación parece signo de estos tiempos, superamplificada por esos altavoces de los que uno también ha sido víctima, como cuando se me ocurrió decir que buena parte de los problemas de Siria provienen de que las potencias, hablando en general, metimos allí la mano, donde nadie nos había llamado.