La vida se alarga. En la última década la esperanza de vida de los extremeños se incrementa casi dos años y se sitúa ya al nacer en los 81,8 frente a los 79,8 del 2004. El crecimiento es progresivo en todo el país, sin embargo Extremadura es la segunda comunidad con menor esperanza, solo se vive menos en Andalucía (81,6 años) e incluso se encuentra por debajo de la media nacional, 82,8 años. No obstante, comparando con los ciudadanos de la Unión Europea, los extremeños tienen casi dos años más de vida que la media de europeos, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Por géneros, las extremeñas viven alrededor de 84,8 años, igual que murcianas y canarias y solo más que andaluzas (84,3). En el resto de autonomías las mujeres 'duran' más de media, hasta los 86,8 años de las madrileñas, las más longevas del país. Mientras, los hombres extremeños presentan una esperanza de vida de 79 años, casi seis menos que las féminas. Solo asturianos y andaluces, con 78,8 años, viven menos, mientras los madrileños vuelven a estar a la cabeza, con una esperanza 81,3 años.

¿A qué se debe este incremento y las diferencias, de hasta más de dos años, entre las autonomías? Entre las razones del aumento progresivo de la esperanza de vida están aspectos fundamentales como la cultura alimenticia o las condiciones sanitarias. Según el profesor de Geografía Humana de la Universidad de Extremadura, Antonio Pérez, además de la alimentación y la higiene contribuye decisivamente el modo de vida, el desarrollo del trabajo que cada vez requiere menos esfuerzo físico, los avances de la industria farmacéutica y de la medicina. Factores que no están presentes de la misma forma en todas las comunidades. "En Extremadura se han desarrollado tradicionalmente trabajos agrícolas y del sector de la construcción que requieren un mayor desgaste físico, a diferencia de las zonas industrializadas o donde tienen más relevancia los servicios. Es una brecha hereditaria que se irá eliminando a medida que la gente está trabajando en ambientes de mayor seguridad, pero desde luego la diferencia no hay que acharcarla a que en Extremadura haya menor desarrollo que en otras comunidades", señala el experto.

TECHO La genética también puede estar detrás de una vida más larga, aunque apenas condiciona el 25% de la longevidad, según algunos estudios; el resto dependerá de la forma de vida y los agentes externos. "Está habiendo una progresión importante en la esperanza de vida, pero habrá un techo y también llegará la convergencia entre hombres y mujeres", apunta Pérez.

De momento, para los extremeños ese techo está en 81,8 años, pero hay un 10% de la población que supera actualmente esos dígitos. Según el último padrón poblacional referente a 2014, publicado por el Instituto de Estadística de Extremadura, más de 110.000 extremeños tienen más de 82 años y de estos, 340 superan los 100 años. Los centenarios también se han ido incrementando progresivamente, según las estadísticas. El 1 de enero de 2004 se contabilizaban 132 extremeños con más de un siglo de vida, en el 2010 había 252 y actualmente superan los 340. Se estima que solo un tercio de estos no es totalmente dependiente. El reto, por tanto, ya no es llegar a esa edad, sino hacerlo en las mejores condiciones.