Si el cliente recibe un correo electrónico de su entidad bancaria pidiéndole datos personales, tiene que ponerlo en conocimiento de ésta rápidamente, porque es probable que se trate de un intento de estafa que también le puede estar llegando a otros usuarios. Jamás se solicitan este tipo de datos a través de internet, es una manera de copiar cuentas y tarjetas. Hemos tenido afectados que de repente se han encontrado un cargo en sus movimientos de países como Brasil o China porque, por ejemplo, han accedido o interactuado con webs no seguras que han plagiado la información», relatan desde la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE). Explican estas situaciones que se han vivido en la región tras analizar los datos de cibercriminalidad que maneja el Ministerio del Interior sobre estafas bancarias. En los últimos cinco años, en el periodo de 2011 a 2016, el número de víctimas se ha duplicado en la comunidad, pasando de 23 a 46. El perfil es sobre todo varón de entre 26 y 40 años. «El incremento se debe, básicamente, a que cada vez interactuamos más por internet, se ha convertido en algo más cercano, más de confianza, y entonces bajamos la guardia», subrayan desde la UCE.

Otra forma habitual de fraude es el conocido como phishing, «que es básicamente copiar la imagen de la web del banco y hacer creer que se está entrando en su página, cuando se trata de un falsificación. Por eso las entidades usan, por ejemplo, una tarjeta de coordenadas cuando el cliente hace trámites online».

Cuando se es víctima de una clonación de tarjeta, «hay que recordar bien en qué webs se han hecho operaciones, para saber si el fraude procede de alguna de ellas», aconsejan.

A LA POLICÍA / En el momento en que se tiene conocimiento de algún caso, el protocolo es derivarlo bien a la Policía Nacional bien a la Guardia Civil (en las localidades que cuentan con menos habitantes) «para que la brigada de delitos informáticos se ponga sobre ello». «Desde aquí lo que se hace es lanzar campañas para saber cómo debe protegerse e informarse el ciudadano. Para que tenga en cuenta, si lo necesita, que las tarjetas de crédito disponen de un seguro que cubre estos percances».

«Internet es una máquina maravillosa -continúan- porque tenemos el mundo a golpe de clic, pero tiene miserias, y esas miserias son las que debemos conocer para combatirlas».

Desde la Unión de Consumidores ponen también el foco en otro caso frecuente: «Cuando llega la declaración de la Renta, resulta que el usuario recibe un mensaje o un correo electrónico donde se le asegura que le van a devolver 300 euros, y claro, es fácil que se lo crea. Para que se gestione el trámite en ese mensaje le informan de que debe introducir su número de cuenta o de tarjeta. Se trata igualmente de otra estafa para robar esa información y, en consecuencia, que le hagan cargos no esperados».