La situación económica de Himexsa se agrava. El segundo grupo constructor de la región, y primero en gestión de aguas, ha perdido su tabla de salvación con la ruptura de las negociaciones de compra por parte de la constructora nacional Corsán-Corviam. El grupo Himexsa-Tecnoagua (GHT) se lo comunicó ayer a los comités de empresa de todas sus divisiones, a los que pidió una semana de plazo en un último intento de vender sus filiales "por paquetes" para no tener que recurrir a la suspensión de pago, según confirmaron fuentes del sindicato UGT.

Las mismas fuentes apuntan a que la auditoría externa que había solicitado Corsán-Corviam habría desbaratado finalmente sus planes de compra, cuyas negociaciones se iniciaron a primeros de año y parecían ir por buen camino hasta que su Consejo de Administración decidió dar marcha atrás la semana pasada sin que Himexsa aclarara ayer los motivos a los sindicatos.

AGUJERO DE FONDO

El director general de GHT, Enrique Hernández, había cifrado en unos doce millones de euros el importe de la operación con Corsán-Corviam, si bien los delegados sindicales de UGT apuntan más alto con la advertencia de que el agujero de la empresa ronda los nueve millones de euros. Fracasada la venta en conjunto del grupo, Himexsa va a tratar ahora de vender por separado sus cuatro divisiones: la empresa de ingeniería Tecnoagua; la constructora, Himexsa; los talleres de ITM donde se montan los equipos hidromecánicos y la sociedad Exman, que está especializada en la explotación y mantenimiento de las depuradoras.

La empresa, con domicilio en Plasencia, tiene en plantilla a 240 trabajadores entre fijos y eventuales, está implantada en diez comunidades autónomas y opera en cinco países, entre ellos Irak.