Casado y con dos hijos, Manuel Barroso ha sabido compaginar la labor política con su profesión de abogado, a la vez que administra una ganadería heredada de su familia. Confiesa que el campo, junto al deporte y la lectura, son sus principales pasiones.

--Cuéntenos qué hace ahora en la Asamblea

--Además de diputado, soy el secretario general del grupo popular, y como tal, coordino todos los trabajos e iniciativas que presentamos al pleno o a las comisiones. También soy el portavoz de política municipal y elaboré el Estatuto de Autonomía junto al socialista Ignacio Sánchez Amor.

--¿Por qué decidió dedicarse a la política?

--Por conocer un poco este mundo y hacer algo por los demás. Fui alcalde de mi pueblo de 1995 hasta 1999, después dejé la política para dedicarme a mi profesión de abogado y volví en la VI legislatura como diputado regional para intentar cambiar las cosas.

--¿Qué cosas quiere cambiar?

--Extremadura necesita más oportunidades, más industrias, menos amigos en todos los sitios y que impere la capacidad de las personas para designar su cargo. Pero sobre todo, lo que hay que cambiar es que seguimos estancados en población, porque los jóvenes extremeños, que tienen mucha formación, se marchan de aquí al no encontrar oportunidades.

--¿Cuál es su gran satisfacción política?

--Sin duda, haber sido alcalde, porque me dio la oportunidad de ayudar a mi pueblo. Pero sobre todo, me sirvió para aprender mucho del contacto con la gente.

--¿Cómo hace para compaginar la política, el derecho y su ganadería?

--Con un gran esfuerzo. En esta legislatura no ejerzo como abogado porque estoy más dedicado a la Asamblea. Pero en el fondo la política es algo transitorio, yo seguiré aquí mientras tenga algo que aportar a los ciudadanos y a mi partido, y después, me iré a mi despacho a seguir ejerciendo de abogado.