Casi la mitad de los contratos de alquiler que se gestionan cada año en las ciudades universitarias corresponden a pisos de estudiantes. Fuentes del sector inmobiliario señalan como dato oficial que un 45% del negocio de alquileres está copado por jóvenes que cursan estudios fuera de sus municipios de origen. Sin embargo, el volumen de actividad es mucho mayor porque muchos interesados alquilan sin acudir a ningún intermediario, con lo que el número de pisos alquilados se dispara.

En Extremadura, el precio medio de los alquileres que pagan los estudiantes oscila entre los 300 euros y los 600 mensuales, es decir, que cada universitario puede gastarse una media de entre 90 y 150 euros. La ciudad más barata para alquilar es Plasencia y la más cara, Cáceres.

La incorporación de la oferta educativa universitaria también ha supuesto que los precios y el número de alquileres se hayan disparado en algunas poblaciones. Según Erica Rodríguez, responsable de la firma inmobiliaria Viprés en Mérida, el negocio de alquiler se ha multiplicado por dos desde que está la universidad en la capital autonómica.

Los precios medios en Mérida oscilan entre los 330 euros y los 450, por los 360 y 480 de la ciudad de Badajoz, de 300 a 360 en Plasencia, mientras la horquilla en la capital cacereña oscila entre los 420 y los 540 euros.

Cáceres también es la localidad extremeña donde más universitarios alquilan pisos a través de las inmobiliarias. Toñi Aceituno, directora comercial de Inmobiliaria Fernández, aseguró a EL PERIODICO que "en los meses de mayo, junio y julio, el 80% de los contratos que se hacen son para estudiantes". Sin embargo, este porcentaje es bastante menor en Mérida y Plasencia, con sólo el 20% del total de alquileres que gestionan. En Badajoz, la otra ciudad con más universitarios de la región, los solicitudes para estudiantes que tramitan las inmobiliarias suponen en torno a un 60%.

Cercanía a los centros de enseñanza y buenas comunicaciones, son las principales exigencia de los jóvenes. Las zonas más demandadas, según algunas agencias consultadas por este diario, --Habitat o Navarro, de Badajoz; Viprés, de Merida; Inmobiliaria Fernández, de Cáceres; o De Luis, en Plasencia-- son las más próximas a los centros universitarios o las que ofrezcan más posibilidades para el uso de transporte urbano.

LOS RIESGOS Pedro A. Montecino, miembro del Consejo de Alumnos de la Universidad de Extremadura, alerta de que muchos propietarios aprovechan la situación para hacer contratos ilegales, "y los chicos suelen tener problemas porque no les devuelven la fianza". Otra peculiaridades es que algunos dueños alquilan sus pisos por habitaciones y verbalmente, sin contrato.

Con este tipo de alquileres, el propietario tiene la potestad de deshacerse de los estudiantes cuando ellos lo estimen oportuno. Teniendo en cuenta que no suele haber ningún documento por escrito, el único comprobante judicial son las transferencias bancarias a comienzos o finales de mes. Por eso las asociaciones de estudiantes aconsejan conservar todos los recibos para posibles reclamaciones.

Otros jóvenes se decantan por las residencias universitarias. La mayoría de ellas ofrecen servicios de pensión completa. El precio es bastante superior al de los pisos, entre 300 y 500 euros.