El agua que consumen los extremeños ha superado el examen de calidad de OCU-Salud en el que se analiza el nivel de nitratos, una sustancia que puede terminar en los embalses porque los que no absorbe el suelo se filtran fácilmente y quedan disueltos en las aguas, según la última publicación de esta revista especializada en temas de consumo.

Así, OCU-Salud ha tomado muestras del agua del grifo que se consume en Plasencia, que ha obtenido la calificación de muy bueno -la máxima- respecto al nivel de este compuesto de nitrógeno. La que llega a los consumidores de la capital pacense tiene la calificación de buena, según este análisis mientras que la del río Guadiana debe conformarse con un nivel aceptable. En cambio, el agua embalsada en Alcántara también está catalogada como muy buena, según este estudio.

EN EL GUADILOBA

La capital cacereña no ha sido incluída en este estudio aunque desde Canal de Isabel II, empresa suministradora del servicio de agua en Cáceres, aseguran que el nivel de nitratos está muy por debajo del permitido por la legislación, 50 miligramos por litro, aunque el nivel guía que establecen las normas se reduce a 25 miligramos por litro. No obstante, la Organización Mundial de la Salud recomienda no beber aguas que tengan más de 15. En este sentido, un experto de Canal de Isabel II señaló ayer a este periódico que Cáceres está por debajo de esa recomendación. Como ejemplo, el pasado 11 de agosto se registró un nivel de 0,25 miligramos por litro en la red de suministro.

Pero los nitratos no sólo llegan a los consumidores a través del agua ya que también están presentes en los vegetales que absorben muchos más nitratos de los que necesitan para su crecimiento. Las lechugas, espinacas o repollos son los que registran unos niveles más elevados.