El Consejo de Gobierno de la Junta aprobó ayer un decreto conjunto de la Consejería de Fomento y la de Industria, Energía y Medio Ambiente, por el que se regula la Certificación de Eficiencia Energética de los Edificios, en aplicación a la normativa estatal y la directiva comunitaria relativas a la eficiencia energética de los edificios. Así, las nuevas construcciones y aquellas de más de mil metros cuadrados que sean reformadas deberán tener una etiqueta que acredite las medidas de ahorro de energía y eficiencia energética aplicadas a los inmuebles, para informar al respecto a compradores o usuarios.

Cada edificio dispondrá de una etiqueta con su calificación energética, en una escala desde la A, que correspondería a los edificios más eficientes, hasta la G, los menos eficientes, y en la que se incluya su consumo estimado de energía y las emisiones de CO2 asociadas. Es algo similar a lo que ya se utiliza para informar sobre la calidad energética de los electrodomésticos. Todo ello quedará patente en un registro creado a tal efecto, según el consejero de Energía, José Luis Navarro.

Esto no implica que los se vaya a encarecer el precio de los edificios dependiendo de la etiqueta, aunque todo dependerá del promotor.