En el año 2007 Baleares contó con 1.870 euros por habitante para atender a sus competencias autonómicas. Extremadura, con 3.000. Son, según los últimos datos del Ministerio de Economía, los dos extremos de la horquilla de dinero per cápita del que pudieron disponer las autonomías en el 2007 tras haber sumado a los ingresos procedentes de sus tributos propios y cedidos la aportación del Estado a través del llamado fondo de suficiencia. O, dicho de otro modo, tras haber realizado su aportación a la solidaridad interterritorial.

Si la media autonómica española es 100, Baleares, en la zona más baja de la tabla, obtuvo 78,6 puntos, mientras que Extremadura, en la más alta, 126,1. En euros, la media se sitúa en 2.378. Esta es la raíz del pesado debate sobre financiación autonómica que se arrastra desde hace más de dos años azuzado desde Cataluña, y con el coro de fondo de Madrid, Valencia y Baleares, las cuatro comunidades que, a pesar de estar por encima de la media en recaudación, quedan muy por debajo de la media per cápita de ingresos disponibles tras la aplicación de los mecanismos de nivelación.

Cuando José Luis Rodríguez Zapatero afirmó en Barcelona que con el nuevo sistema Cataluña recibiría ingresos per cápita por encima de la media se refería a estos conceptos. En cualquier caso, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, ya ha advertido que "si se pretende introducir de alguna manera el término de esfuerzo fiscal, o de balanza fiscal" en el documento del nuevo modelo de financiación autonómica, eso "no lo va a poder aceptar, por mucho que pueda corresponder una cantidad u otra".

Otra de las consecuencias del actual sistema, pactado entre CiU y PP en el 2001, es que ha incrementado las diferencias entre las comunidades que más tributan y las que más reciben tras la nivelación. Cataluña, por ejemplo, empezó con un índice 96,9 en el 2002, pero en el 2007 ya había descendido hasta el 94. Por contra, Extremadura pasó del índice 121,3 del principio a 126,1 en el 2007.