La Junta de Extremadura, dentro de sus programas de acogimiento, busca familias acogedoras de urgencia con las que puedan convivir menores durante un corto período de tiempo hasta que encuentran familias de acogida permanente.

Sin embargo, es una fórmula para la que aún existe mucha reticencia por parte de las familias que se inscriben en el programa y que suelen optar por el acogimiento permanente, superior a dos años, según aseguró ayer la directora general de Políticas Sociales, Infancia y Familia, Carmen Núñez. «Es muy complicado», insistió.

Núñez hizo estas declaraciones en Villanueva de la Serena, donde se celebró el encuentro anual de familias acogedoras, un programa en el que participan más de 260 familias de acogida, entre extensas y ajenas.

Esta acogida temporal suele tener una duración de seis meses y surge con el objetivo de que los menores no vivan durante este período de tiempo en un centro de acogida, mientras que la administración y los profesionales encuentran una familia adoptante.

En la actualidad, la región cuenta casi con el mismo número de menores en proceso de institucionalización que en proceso de acogimiento familiar, un período en el que «es importante que sientan la seguridad de que la administración está ahí acompañándoles», recalcó.