Extremadura busca recuperarse de la sangría que padeció su tejido industrial con la crisis y que se cebó fundamentalmente en el periodo de 2009 a 2011, con una pérdida de 475 empresas de este ámbito. Hasta 2013, esta cifra se amortiguó y en total se han perdido 637.

Para ello, el Gobierno de Extremadura ha elaborado -de la mano de los empresarios y de los sindicatos, que se han adherido al acuerdo- un ambicioso plan para alentar el sector, una estrategia industrial con un recorrido de seis años --hasta el 2020-- para paliar el déficit industrial manufacturero que padece históricamente la región y que se ha agravado con la crisis.

En la actualidad, el peso en el PIB de la industria manufacturera en España es del 12% del PIB mientras que en Extremadura se queda en el 7%. Sólo si se añade en este cálculo el sector energético las distancias se acortan algo (16% frente al 12,5% del PIB).

El sector industrial es, además, especialmente importante por la calidad del empleo que ofrece al ser el principal creador de empleo fijo, a lo que hay que sumar los mejores niveles retributivos y la estabilidad laboral con respecto a los dos sectores cuyo peso es el principal en Extremadura: el de servicios y la agricultura.

De hecho, según las estadísticas oficiales, el 85% del empleo en del sector industrial en España es de carácter indefinido o fijo mientras que el sector servicios es del 78% y el de la agricultura el 39%. Además, según los datos oficiales, la productividad de un trabajador del sector industrial es un 25% superior al de servicios y un 53% al de la agricultura.

DATOS REGIONALES Los datos acumulados en Extremadura del sector industrial desde que comenzó la crisis son demoledores. La caída acumulada sufrida por la industrial regional desde ese año hasta ahora ha sido del 12,2% mientras que la caída a nivel nacional media es de sólo un 2,8%, es decir, más de 9 puntos de diferencia. Especialmente virulento fue el año 2009, con una disminución en la región del -25,90%, mientras que en el año 2010 fue del 19,00%, según los datos oficiales aportado por la Encuesta Industrial Anual de Productos. Así, de una producción de 4.700.374 euros en total de este sector en la región en 2008 se pasó a facturar sólo 3.482.639 euros. De una manera más significativa se comprueba esta dramática caída en la pérdida de empresas en ese periodo. Así, el mayor decrecimiento se produjo entre 2009 y 2011, con el cierre de 475 empresas de carácter industrial.

En concreto, en 2009 había 5.479 pymes, cifra que empezó a caer desde entonces; se pasó en el 2010 a 5.223 y sobrevivieron hasta 2011 un total de 5.004. La caída se redujo en los dos años siguientes hasta ahora, con sólo 25 pymes pérdidas de 2011 a 2012 (de 5.004 a 4.979). El último dato oficial deja el número de empresas de este sector en 4.842 a finales de 2013. Así que en los últimos cinco años se han perdido un total 637 empresas.

No sólo es deficitario el número de empresas del sector industrial en la región sino también su volumen. De hecho, sólo 25 empresas tienen más de 100 trabajadores a su cargo, y únicamente 50 pymes tienen más de 50 trabajadores. Con estos datos, la Estrategia Industrial de Extremadura prevé acometer importantes inversiones para desarrollar una serie de actuaciones, impulsadas desde el sector público pero con amplia participación del privado. El montante global de los recursos públicos, con decisivos fondos de la Unión Europea, es de 1.612 millones de euros con el objetivo de que la inversión privada acompañe con actuaciones que se eleven a 1.127 millones de euros.

El objetivo es crecer en este periodo un 51,8% del valor de la producción industrial, con una participación en el PIB del sector industrial en el total de la comunidad del 15,3%. Eso conllevaría la creación de 13.566 puestos de trabajo directo y 17.636 inducidos y un incremento de la tasa exportadora manufacturera del 47,1%.

De esta forma, la participación de las exportaciones industriales en el PIB regional pasaría del 8,23% actual al 15,48%. También se aumentaría la intensidad de la innovación del sector industrial en un 31,4%, para pasar de una tasa actual de inversión industrial del 0,50% del PIB regional al 0,66%.

De otro lado, esta nueva estrategia se basa en la seguridad de contar con los máximos fondos europeos hasta el año 2020 en lo que se refiere en inversión en I+D+I que se ponen a partir de ahora a disposición de las empresas, que no podrán ayudas tan sustanciales de este tipo en otras comunidades autónomas.

De ahí que este plan pretenda, como se recoge en su texto inicial, "posicionar a Extremadura en los ámbitos internacionales de inversión como una región proactiva con un elevado retorno de inversión a nivel europeo al aunar las mejores condiciones para invertir (suelo e instalaciones industriales), junto a máximas condiciones financieras en ayudas a la inversión (región objetivo 1)". A todo ello, el plan añade "un entorno natural y ambiental privilegiado y un sistema de Ciencia y Tecnología con dominios científicos-técnicos en disciplinas críticas de futuro para dinamizar la totalidad de capacidades y recursos productivos de la región a través de estas ventajas comparativas".