Somos agua dulce. Este será el lema del pabellón de Extremadura en la Expo Zaragoza 2008, que girará sobre dos cuestiones: el agua y el desarrollo sostenible. Precisamente estos son los puntos fuertes del mensaje que la comunidad quiere transmitir ante el mundo entero con la intención de erradicar la imagen de territorio seco que le ha venido acompañado a lo largo de la historia, cuando en realidad es la región que cuenta con la costa más extensa de agua dulce de Europa Occidental.

La vicepresidenta primera del Gobierno extremeño, Dolores Pallero, presentó ayer los contenidos del pabellón que representará a la comunidad en la piscifactoría Las Vegas de Villafranco del Guadiana, sede del Centro Regional de Acuicultura. Con un presupuesto de dos millones de euros, la región contará con un espacio que supera los 350 metros cuadrados, que se ubica en el edificio Ranillas, en el que compartirá techo con las propuestas del resto de comunidades españolas.

En esta cita, que se celebrará del 14 de junio al 14 de septiembre, Extremadura se presentará como la gran reserva de agua dulce de España, gracias a las cuatro cuencas hidrográficas que riega su territorio, los más de 40 embalses construidos, y sus 1.500 kilómetros de costa interior con los que cuenta.

EL CURSO DE UN RIO El público que se acerque al espacio extremeño deberá seguir el curso de un río que discurre bajo sus pies y que le acompañará durante toda la visita, en la que contemplará una muestra de la riqueza cultural y paisajística de la comunidad autónoma, a lo largo de un recorrido que se plantea como una experiencia sensitiva, en el que el visitante se impregnará de todo tipo de imágenes, sonidos y olores.

Como si de un caudal se tratara, la visita se estructura en varias paradas. La primera de ellas es una fuente de tres metros de ancho por siete de alto que sirve de soporte físico para una serie de mensajes relacionados con Extremadura que el visitante podrá seleccionar a su gusto.

Después se adentrará en un túnel formado por agua que pondrá a prueba los sentidos del tacto, el oído, el olfato y la vista del visitante. En sus paredes se recrearán imágenes que aluden a las diferentes formas que adquiere el líquido elemento, como las cascadas, los saltos, los rápidos o las pozas. En otro punto el participante podrá interactuar con un acuario virtual que describe la vida en el interior de los fondos fluviales de Extremadura, y más adelante el público deberá agudizar su olfato para diferenciar productos característicos de la región como el pimentón, la jara o la cereza.

Las sorpresas continúan en la siguiente parada, gracias a un sistema que mide la cantidad de agua que contiene el cuerpo del visitante. Una vez establecido el porcentaje, recibirá una pulsera en la que se detallan curiosidades de la región que coinciden con el número que haya resultado del análisis hídrico, como el número de monumentos de Extremadura o la cantidad de centros de día que hay previstos poner en marcha próximamente.

La última parada se sitúa en un pequeño auditorio denominado burbuja audiovisual en el que se proyectarán sobre una pantalla de imagen en tres dimensiones un documental de cuatro minutos de duración, que incluye efectos creados con transparencias, proyecciones, sonido envolvente, viento real, olores e iluminación. A la salida del espacio el visitante podrá ampliar toda la información que desee sobre Extremadura, y si lo desea, podrá degustar en el restaurante las recetas elegidas por 24 cocineros extremeños.