Los ancianos de Extremadura son actualmente los que más ayuda reciben de los servicios públicos de atención domiciliaria. Cerca de 7.000 extremeños mayores de 64 años, un 4,8% del total, son atendidos en sus casas por los servicios sociales, un porcentaje que dobla la media nacional (2,08%) y sitúa a Extremadura a la cabeza del país, por encima de comunidades como Cataluña, en donde sólo son atendidas una de cada cien personas.

El último estudio elaborado por la Universidad Pompeu Fabra sobre El cuidado social de las personas mayores señala que, pese a que el porcentaje de extremeños que reciben atención domiciliaria supera al de algunos países europeos como Alemania (3%9), la cobertura de estos servicios sociales todavía es baja respecto a las cifras que se manejan en Europa --como ejemplos destaca a Dinamarca (24%), Suecia (17%), Finlandia (12%), Holanda (9,5%) o Inglaterra (5,5%), entre otros países--.

GRADOS DE DEPENDENCIA

En cuanto al grado de dependencia de estas personas, el informe destaca que el 19,3% de la población española mayor de 64 años necesita algún tipo de ayuda, una cifra que, según el último estudio del Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso), es superior al 30% en Extremadura. Es decir, más de 67.000 ancianos extremeños no pueden valerse por sí mismos en tareas diarias como comer, vestirse o desplazarse, una situación que se agrava con la edad y afecta a la mitad de los mayores de 80 años en la región.

Los expertos también detallan la necesidad de ayuda en horas y servicios que requiere cada caso de dependencia. En este sentido, las personas con dependencia considerable necesitan cerca de seis horas de asistencia semanales, mientras que los ancianos que cuentan con dependencia grave precisan a la semana unas diez horas de cuidados.

Este déficit social, según indica el estudio de la Pompeu Fabra, está cubierto mayoritariamente por las familias y, en particular, por las mujeres. Unos datos que coinciden con los que maneja el Imserso y que señalan que de los 67.000 extremeños dependientes, en el 80% de los casos (lo que supone unas 53.000 personas) sólo reciben ayuda de familiares, en su gran mayoría mujeres, que son quienes se ocupan de sus maridos, padres o suegros. Unas cifras que, indican los expertos, vuelven a confirmar que el apoyo de los servicios sociales o de personas auxiliares es bajo.

Las mujeres mayores dependientes son cuidadas principalmente por sus hijas (36,7%) y por otros parientes (19,7%), mientras que los hombres son asistidos por sus esposas (44,6%), hijas (21,3%) y otros familiares (12%). En líneas generales, el perfil del cuidador es el de una mujer, esposa o hija, cuidadora de varón, y la mayoría de la asistencia a personas con discapacidad corre a cargo de las mujeres de edad intermedia (40-65 años) con padres mayores y con un elevado riesgo de enfermedad.