Extremadura, región con sabor y una gran capacidad turística. Así podría ser definida en muchos lugares. Y es que esta comunidad, situada al noroeste de Andalucía, es, sin duda alguna, uno de los grandes focos turísticos, especialmente, por las diversas oportunidades que ofrece su tierra. Sus ríos, pantanos, montañas, valles, paisajes y dehesa hacen su naturaleza diferente a las demás, al margen de su particularidad rural, las ciudades históricas que alberga y su exquisita gastronomía. No obstante, esta tierra goza de otra particularidad de la que muchos adictos a la adrenalina y deportes de riesgo se benefician. Ésta no es otra que su cercanía a estaciones de esquí. Es aquí donde se produce un cambio de rol, ya que ahora les toca a los extremeños convertirse en turistas en busca de montañas nevadas en las que poder practicar este deporte. Éste requiere de ropa y accesorios específicos para combatir el frío, como estos plumíferos de Campz, para llevarlo a cabo.

Una de las estaciones más cercanas para los extremeños amantes de esta modalidad se encuentra en Salamanca, concretamente en la Sierra de Béjar, y recibe por nombre La Covatilla. Un lugar ideal para practicar el esquí y disfrutar de un extraordinario paisaje que abarca unos 26.789 metros esquiables. La propia estación planteó el pasado miércoles (15 de febrero) una jornada para los amantes este deporte en la que se abrirían un total de nueve de sus 24 pistas para la práctica del mismo. El Cerrojo, Las Cimeras, El Regajo de las Mulas, el Canchal Negro, La Covatilla, que alberga el nombre de la propia estación, y La Muchachina se unen a las tres debutantes. Al mismo tiempo, tres de los cuatro remontes de la misma se encontraron activos mientras que, por su parte, el del Canchal Negro, comenzó a estar operativo a lo largo de la jornada. Destacó la escasa dificultad presentada por el viento y los 8,55 kilómetros habilitados para esquiar.

Por otro lado, los amantes del esquí deberán agradecer la abundante nevada que ha caído a lo largo de este mes, puesto que, gracias al espesor existente, la nieve estará garantizada hasta el carnaval mínimamente. Las cantidades de nieve alcanzan los uno y tres metros de altura en la parte debutante y zona superior, respectivamente. Los operarios de la Diputación salmantina se pusieron en marcha para tratar la superficie de la estación. Estamos hablando de un hecho que supone un giro a los acontecimientos, teniendo en cuenta que a principios de año los datos meteorológicos de los anteriores meses invernales hacían indicar que el invierno no tendría una especial cabida en el territorio español. La realidad de ahora es otra. Las temperaturas han descendido hasta los 20 grados bajo cero, originando un manto de nieve en los sistemas montañosos y despertando de nuevo las ilusiones de aquellos aficionados al esquí.

La temporada del pasado año se cerró con una aglomeración de esquiadores de 4,74 millones, mientras que para el presente curso se prevé una cifra similar. De hecho, desde la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atuden) se afirma que se lograrán alcanzar los 5,5 millones de visitantes a lo largo del año. Por ello, lo más importante es que la meteorología continúe siendo positiva en este sentido. Desde Atuden así lo esperan, ya que se ha realizado una inversión de 20 millones de euros para mejorar las diversas instalaciones de esquí, así como los sistemas productores de nieve. No hay que olvidar que la pasada campaña el turismo de esquí demostró una vez más su fuerte presencia en España, a pesar de las dificultades que presentó el temporal. Y es que este tipo de turismo asegura una gran fuente de ingresos, al igual que todo el turismo para el país. Tal es su importancia que la facturación total de los remontes superó los 90 millones de euros (96,9 millones) el pasado año, siendo una cifra considerable con respecto a años pasados en los que los ingresos fueron superiores. La temporada 2008/9 fue la mejor debido a que registró un total de 6,59 millones de visitantes.

Ante este halagüeño panorama, se antoja necesario que los propios esquiadores dispongan de un buen equipo de esquí y alegre compañía para disfrutar, de este modo, de las jornadas que se avecinan. No obstante, tampoco hay que pasar por alto llevar ropa apropiada, ya que, elegirla correctamente facilita al máximo la práctica de este deporte, gracias a que mejorar el desarrollo de los movimientos, disminuye el impacto causado por los cambios de temperatura y proporciona una mayor comodidad de cara a las exigencias deportivas.

Por consiguiente, la ropa y accesorios utilizados adquieren la misma importancia que el propio equipo de esquí. En este sentido, resulta fundamental estar bien protegido para hacer frente a las inclemencias meteorológicas a los que el esquiador estará expuesto, tales como las posibilidades de viento, nieve o ventisca y las bajas temperaturas. Para ello, se recomienda vestirse con tres capas de ropa para estar a la vez caliente seco y protegido.