Memoria, justicia y reparación. Estas son las tres reivindicaciones fundamentales de las víctimas del terrorismo en España, un colectivo que desgraciadamente no ha parado de crecer en los 50 años de la negra historia de ETA. A pesar de que nunca se ha registrado un atentado dentro de las fronteras de la comunidad, son 71 los extremeños que han sufrido su ataque, 20 de los cuáles murieron.

La Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo celebró ayer en Mérida un encuentro al que asistieron representantes de colectivos procedentes de todo el país. En este foro se rindió homenaje a todas las víctimas, en especial a las tres que han perdido la vida este año. El Policía Eduado Puelles y los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salva, en cuyo recuerdo sonó un fuerte aplauso.

En el acto fueron nombrados socios de honor la Guardia Civil y la Policía de Extremadura, Caja de Badajoz, y se rindió un homenaje al exsubdelegado del Gobierno en Cáceres, Fernando Solís, a quien le entregó un obsequio el presidente de la asociación, Santiago Moriche.

En el turno de intervenciones participaron el presidente de la Audiencia Nacional, Angel Juanes, quien resaltó la importancia de la ley extremeña de medidas de asistencia y atención a las víctimas y el Centro Extremeño de Estudios para la Paz. Dos hitos que, junto al borrador de la futura ley de solidaridad, ponen a la región "por delante" con respecto al resto en el acompañamiento a los damnificados.

En la misma línea se expresó el director general de Apoyo a las Víctimas del Ministerio del Interior, José Manuel Rodríguez Uribes, quien dijo que la futura ley extremeña de solidaridad se tomará como un referente en la ley de víctimas que el Gobierno central se ha comprometido a tener lista en esta legislatura.

El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, por su parte, resaltó la "absoluta unanimidad" de la sociedad extremeña con respecto al apoyo de las víctimas del terrorismo. Las jornadas concluyen hoy con la inauguración, por parte del alcalde de Mérida, Angel Calle, de un monolito en memoria de las víctimas situado junto a la Academia de la Guardia Civil.