Los ciudadanos de todas las comunidades autónomas españolas pagan un precio estandar, a través de su factura, para compensar las pérdidas producidas por el transporte de energía, y ello sin tener en cuenta la distancia que recorre desde donde se produce hasta los hogares o las empresas en las que se consume.

Extremadura produce cada año unos 17.000 gigavatios de energía, pero sólo consume en torno a 4.300, sin que ese esfuerzo de producción suponga beneficio alguno a los extremeños.

El PP de Extremadura ya propuso antes de las pasadas elecciones modificar el método de tarificación para que los extremeños saquen algún partido a esta situación. Según su propuesta, la aplicación del precio real por las pérdidas en el transporte permitiría reducir en un 10% la factura de la luz de los extremeños.

Desde UGT, Miguel Bernal consideró que "no es lícito que en una región que es excedentaria en producción eléctrica se esté aplicando a los ciudadanos los mismos costos que al resto".