Como era de prever, todos los proyectos que han logrado asignación en la subasta de nueva capacidad renovable han sido de energía eólica, lo que deja nuevamente a Extremadura sin posibilidad de montar nuevas fotovoltaicas, que es a lo que aspiraban los inversores que han apostado por nuestra tierra para desarrollar sus proyectos (hay ahora mismo peticiones para producir 2.000 MW en la región).

La decisión, aunque previsible, ha caído como un jarro de agua fría en la región. El propio presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, denunció nada más conocer la noticia la falta de equidad del Gobierno central a la hora de dar oportunidades de desarrollo a las comunidades autónomas, como lo demuestra, según apuntó, la apuesta por la energía eólica en detrimento de la fotovoltaica, que es la principal baza que pretende jugar la comunidad extremeña.

«Empiezo a estar un poco cansado de que se nos exija a todos lo mismo y, cuando llega el momento de repartir las oportunidades, el Gobierno no las reparta de la misma manera», indicó Vara.

A su juicio, el compromiso de neutralidad «no se ha cumplido, y voy a pedir las explicaciones oportunas», dijo, sensiblemente molesto, el jefe del Ejecutivo extremeño.

Tras recordar que Extremadura es la comunidad que «mayor esfuerzo fiscal» realiza, Fernández Vara criticó al Gobierno central por no dar las mismas oportunidades de desarrollo a los territorios, como también pasa con las infraestructuras ferroviarias.

De cara a la próxima subasta, el jefe del Ejecutivo regional se ha comprometido a «exigir y obligar» que las fotovoltaicas tengan mas peso.

Por su parte, el consejero de Economía e Infraestructuras, José Luis Navarro, cree que se ha cometido una injusticia con Extremadura con la subasta de energía «y nuevamente la región es la gran perjudicada en el desarrollo de las energías renovables, especialmente la de tecnología solar».

Según dijo, los resultados confirman sus temores de que la subasta, presentada «técnicamente neutral», en realidad beneficia injustificadamente a la energía eólica, al aplicarse como criterio que en caso de empate, la eólica tendría prioridad por ser la que más horas está en funcionamiento.

«Desafortunadamente así ha sido, ya que la práctica totalidad de la potencia ha sido adjudicada a los parques eólicos, y esto va a suponer un daño muy grave para Extremadura», indicó el consejero, que insiste en que la decisión no tiene ninguna justificación ni explicación posible.

malas perspectivas / El Cluster de la Energía de Extremadura, por su lado, señaló que la subasta de hasta 3.000 MW de renovables ratificaba las perspectivas poco halagüeñas puestas en este proceso tanto por el sector autonómico como por la Junta, que apuestan por la fotovoltaica.

En declaraciones a Efe, el presidente del Cluster autonómico, Vicente Sánchez, indicó que «cómo se esperaba», la eólica ha sido la energía ganadora y la fotovoltaica la perdedora, y que, por ende, Extremadura «sale perjudicada».

«Cinco compañías son las grandes beneficiarias de los 3.000 MW y de los más de 4.000 millones de euros de inversión, y las pequeñas y medianas empresas del país y de Extremadura se quedan a la expectativa», incidió.

Sánchez lamenta que con esta decisión se «perjudique» una vez más a comunidades autónomas como la extremeña, «tan necesitada» de industrias, empleo e inversión.

Finalmente, señaló que sin esas inversiones el futuro de las renovables extremeñas vuelve a ser una incógnita y, por este motivo, el Cluster ha pedido al Gobierno central que impulse medidas en favor de la fotovoltaica, de las pequeñas y medianas empresas y del autoconsumo.