El licor de bellota es el producto estrella de una industria ubicada en la comarca de Tierra de Barros --formada por cuatro empresas-- que ya elabora una gama de más de 50 sabores. A pesar de la variedad y del exotismo de muchas de sus propuestas, el licor que este sector toma como referencia es el surgido del fruto de la encina. El de bellota sigue siendo el más vendido tanto en España como en otros países europeos.

Así lo confirmó a la agencia Efe el gerente de Sabores Extremeños, José Preciado, que asegura que su producto más emblemático sigue siendo el licor de bellota.

Esta industria cuenta entre sus propuestas con un orujo de anís o un licor basado en el que bebían los antiguos romanos en la Lusitania. También cuentan en su gama con un orujo de hierbas, licor de miel, de azúcar moreno, turrón, cremas de sorbete de melón o cava o licores de menta y chocolate.

Innovación y tradición

La destilería de Almendralejo posee un fuerte arraigo en la zona y se ha desarrollado a un ritmo tal en las últimas décadas que la ha convertido en una de las más avanzadas en cuanto a la investigación con nuevos productos y también de los más extendidos en cuanto a su distribución en el mercado nacional.

Los orígenes se pueden remontar a la fabricación de los antiguos orujos y anisados, producidos por las industrias de transformación nacidas a raíz de un potente sector del vino, como las alcoholeras, tan extendidas en Almendralejo, donde llegó a haber más de una veintena funcionando a la vez, pero también en la comarca de Tierra de Barros desde primeros de siglo XX.

Este fortísimo y virgen orujo dio paso a licores anisados, algo más refinados, como el anís Tinoco, el anís Espino o los anises y coñac de las ya desaparecidas bodegas Montero.

El anís Espino, quizás uno de los más conocidos y que aún se comercializa, posibilitó la salida al mercado de otros productos de la misma marca, también con la misma base de alcohol, como la menta o la ginebra, comercializados también bajo la marca Espino.

Hoy se puede decir que esos antiguos anisados pusieron las bases de una industria licorera en Almendralejo con varias empresas, con una variada oferta de productos.