Ilipense, caputbovense y mañego. Aunque puede parecer un trabalenguas, esos conceptos a los tres gentilicios extremeños más insólitos y peculiares, que se corresponden con las localidades de Zalamea de la Serena, Cabeza del Buey y San Martín de Trevejo, respectivamente.

Ilipense proviene del nombre de esta localidad pacense en el siglo II a.C, Iulipa, una de las colonias romanas mas privilegiadas de la época.

Por su parte, el gentilicio mañego, para referirse a los naturales de San Martín de Trevejo, es también el nombre del dialecto popular que se habla en este municipio cacereño, según el cual, los habitantes del mismo son ´mañegus´.

El dialecto mañego, declarado Bien de Interés Cultural, procede del leonés y se remonta a los tiempos de Alfonso IX de León, perviviendo por la situación geográfica de este municipio -entre montañas-- y el aislamiento que vivió durante años.

Caputbovense, el gentilicio de Cabeza del Buey, es la mayor presunción del eruditismo, según lo califica el presidente de la Asociación ´Estudio y Divulgación del Patrimonio Lingüístico Extremeño´ (Aplex), Antonio Viudas Camarasa, quien explica que en el siglo XVI se documenta ya la forma Cabeza del Buey, que según los modernos estudios procede de una redundancia léxica ´Cabeza del cabezo´, por estar situado en un pequeño monte.

"El latinista se inventa una traducción caput Bovis y de ahí la falacia llamar a sus habitantes caputbovenses, cuando el animal buey no aparece por ningún lado. No obstante, buey procede de una palabra árabe que significa cabezo según los expertos", señaló Camarasa a Europa Press.

No obstante, existen otros gentilicios extremeños curiosos, algunos de ellos incluso caprichosos, como son los formados con el sufijo -ito , que se encuentra para denominar como casitos a los habitantes de Casas de Millán y orellanitos a los de Orellana de la Sierra.

A ellos se suman, según explicó Viudas Camarasa, los compuestos con el sufijo -eto , que se encuentra en el gentilicio esparragosetos que designa a los originarios de Esparragosa de Lares y cedilletos para los de la localidad de Cedillo, además del sufijo -eso que se documenta en grimaldesos para los de Grimaldo.

Además, existen localidades donde conviven varios gentilicios, como pacense y badajocense, emeritense y merideño o plasenciano y placentino.