No es solo la conexión con el exterior, la red interna es igualmente escasa: un horario reducido, un servicio con habituales retrasos y un tiempo medio de duración de los trayectos que lo convierten en la opción más deficiente, o mejor dicho: hacen que la mayoría de la veces ni siquiera se contemple como alternativa para viajar. Es la radiografía del tren extremeño, una infraestructura obsoleta que urge ser renovada. Son muchas voces las que desde Extremadura exigen una prestación acorde con el siglo XXI. Los usuarios lamentan, a veces, vagones en condiciones «tercermundistas».

El llamado Pacto por el Ferrocarril (que incluye a partidos políticos, sindicatos y empresarios) y que pretende ser un frente común de lucha -aunque existen discrepancias- convocó incluso la primera manifestación «por un tren digno». Fue en Badajoz el pasado mes de octubre y reunió a casi 3.000 personas.

La falta de una infraestructura en condiciones provoca que anuncios como el reciente del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de una inversión de 1.900 millones en la red de cercanías de Cataluña hasta 2020 (y otros 2.000 más en el periodo comprendido entre 2021 y 2025) levante ampollas y surja de nuevo el sentimiento de que Extremadura es «la gran olvidada».

Pero más allá de la comparación con otras regiones, la realidad es que el servicio de tren en nuestra comunidad carece de cualquier tipo de ventaja y no ofrece competitividad alguna ni para pasajeros ni mercancías.

He aquí solo algunos ejemplos de qué significa para los usuarios utilizar el ferrocarril en la región:

BADAJOZ-MADRID / El trayecto hacia la capital tarda, como mínimo, cinco horas y ocho minutos (en coche ni siquiera llega a las cuatro horas y la distancia es de 400 kilómetros). Pero ese tiempo de duración solo lo permite una de las opciones diarias (la que parte a las 7.17 de lunes a viernes y a las 8.45 los sábados y domingos). Las otras realizan un recorrido medio de más de seis horas e incluso hay una posibilidad (con trasbordo) que implica ocho horas y media. El viaje supone, como mínimo, once paradas. Los días laborales hay siete salidas, mientras que los fines de semana el servicio se reduce a cinco horarios el sábado y a seis el domingo. En cuanto al precio del billete, oscila entre los 32 y los 51 euros, pero las tarifas no significan que el tren más rápido sea el menos económico ni mucho menos.

Por hacer una medición con un itinerario de distancia similar entre Madrid y otra capital de provincia, se puede tomar como referencia León (el camino en carretera supone una separación de 343 kilómetros). Los usuarios de Renfe cuentan en este caso con 14 posibilidades (el doble) y en la mitad de ellas el trayecto tarda aproximadamente dos horas y cuarto. Los costes son bastante similares a los del trayecto extremeño.

BADAJOZ-SEVILLA / Existe solamenta una posibilidad al día de lunes a viernes que parte a las 06.56 horas y obliga al trasbordo en Mérida (desde donde sí circula toda la semana). La duración total supera las cuatro horas y media (en coche son dos horas y cuarto y 210 kilómetros), lo que convierte al tren en la última opción posible para viajar a la capital hispalense. El trayecto conlleva 19 paradas (el ticket cuesta 21,60 euros). Si el usuario se monta directamente en Mérida, el viaje dura 3 horas y 37 minutos (en vehículo particular no llega a las dos horas).

Si comparamos la opción Badajoz-Sevilla con el viaje Sevilla-Ciudad Real (ambas ciudades distan 325 kilómetros, 115 menos que la primera combinación), el trayecto en tren se salva en menos de dos horas gracias a que cuentan con el servicio de AVE y Alvia. Además existen hasta 11 posibilidades de lunes a viernes.

BADAJOZ-HUELVA / El único horario disponible sale a las 14.25 y llega a destino más de cinco horas después (el recorrido en coche no supera los 300 kilómetros ni las tres horas de duración). Además, implica trasbordo en Mérida y hasta 19 paradas (el billete sale por 27,50 euros). El recorrido solamente se hace viernes, sábados y domingos, aunque en fechas como la actual, Semana Santa, existe un refuerzo para miércoles y jueves.

Un itinerario similar en distancia kilométrica es el que une Huelva con Málaga. Renfe da la opción de hacerlo solo sábados y domingos (en época de refuerzos también se amplía a jueves y viernes), pero el recorrido se completa en cuatro horas y 20 minutos. Aún suponiendo una de las ofertas menos atractivas de la red ferroviaria andaluza, sigue siendo mejor que la salida desde la capital pacense.

BADAJOZ-CÁCERES / La escasa conexión vía ferroviaria entre las dos capitales de provincia de la región es uno de los ejemplos más claros para evidenciar la situación actual. El viaje entre las dos ciudades extremeñas más pobladas dura casi dos horas la mayoría de las veces (el pasaje tiene un precio de entre 8 y 14 euros). Solo existen cinco servicios, que se reducen a tres el sábado y cuatro el domingo, y únicamente una de las salidas de lunes a viernes (la que parte a las 7.17 horas) permite un recorrido de una hora y 34 minutos. Si se completa la distancia por carretera, el desplazamiento ronda los 90 kilómetros y los 60 minutos.

En este caso se puede hacer una comparación entre otras dos capitales de provincia: Cádiz-Sevilla. Renfe ofrece a los usuarios un total de 16 horarios diferentes de lunes a viernes y 11 los fines de semana, lo que implica más del triple de oferta ferroviaria. Además, el trayecto supone una hora y 40 minutos, cuando la separación entre ambas ciudades suma 30 kilométros más que entre Badajoz y Cáceres.

BADAJOZ-PLASENCIA / Viajar entre ambas ciudades extremeñas conlleva un recorrido en tren de tres horas (con 11 paradas intermedias), lo que significa 60 minutos más que si se hace en coche (hay 171 kilómetros). Las posibilidades que ofrece Renfe son solamente tres salidas de lunes a viernes, una el sábado y dos el domingo. El precio del billete oscila entre los 14 y los 20 euros.

Un distancia parecida a esta combinación existe, por ejemplo, entre Zaragoza y Teruel, donde el servicio ferroviario ofrece cuatro salidas de lunes a domingo con un recorrido de dos horas y media y una tarifa de 20 euros por cada billete.

Ante esta realidad desgranada, algunas voces opinan que una comunidad como la nuestra, con poca densidad de población, no cuenta con suficientes usuarios para que el servicio sea eficiente. El debate público se enquista en la idea de la pescadilla que se muerde la cola, pero la indignación es común ante una infraestructura mediocre y ante la percepción de que Extremadura sigue sin tener la opción de avanzar.