Las jóvenes extremeñas abandonan el hogar familiar de media a los 28 años, dos antes que los hombres, que no se van de casa hasta cumplir la treintena. Este es uno de los datos contenidos en la última edición del Observatorio Joven de la Vivienda 2006, que vuelve a poner de manifiesto que la emancipación no es ni mucho menos tarea fácil para los jóvenes. De hecho, seis de cada diez extremeños de entre 18 y 34 años todavía viven en casa de sus padres, mientras que el resto, un 38,1,%, sí ha conseguido independizarse de su familia. De estos últimos, alrededor de un 60% son mujeres.

Según la socióloga Guadalupe Pérez, las razones fundamentales de que la mujer sea más prematura a la hora de dejar el hogar familiar, son que las jóvenes suelen casarse a una edad más temprana que los hombres y la masiva incorporación de la mujer al mercado laboral, lo cual le ha otorgado mayor independencia económica y, por tanto, que puedan marcharse antes del hogar familiar. A estos dos factores, se añade el carácter de la mujer, "más decidida y sin excesivos problemas en comparación con ellos a la hora de cambios importantes de este tipo, por lo que están más acostumbradas".

Pero lo cierto es que ambos presentan los mismos problemas a la hora de salir de casa: precariedad laboral, precariedad salarial y el precio de la vivienda, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

En Extremadura, según los datos del Observatorio, hay 262.162 jóvenes, de los que 99.962 están emancipados, frente a los 162.200 que aún residen en su hogar tradicional. En cuanto a los dos sexos, las mujeres jóvenes independizadas superan en 15.000 a ellos y la diferencia continúa agrandándose, ya que la variación interanual de ellas es del 5% y la de los hombres disminuye casi un 2%.

GRUPOS DE EDADES Por grupos de edad, el estudio distingue a los jóvenes en segmentos de entre 18 y 24 años --está emancipado el 1,9%--, de 25 a 29 años --12,6% son independientes-- y el periodo de entre 30 y 34 --acumula la mayoría del total de emancipados, 61,9%--. De aquí que la edad media a la que los jóvenes se van de sus casas sea de 29 años, ellas a los 28 y ellos a los 30, frente al promedio nacional que es de 29 y 31 años respectivamente.

Llama especialmente la atención que sea la mujer quien se marche de casa antes, ya que en materia laboral, de la población joven extremeña en paro, hay un considerable mayor porcentaje de mujeres. Esta cifra se equilibra al tener en cuenta a los estudiantes --18%--, con 26.821 estudiantes femeninas y 20.349 masculinos.

El dato también es negativo para ellas si se tiene en cuenta la situación laboral, ya que ellos tienen mejores contratos. Los hombres jóvenes superan a ellas en población activa, en ocupación y en contratos indefinidos, mientras que ellas superan el porcentaje de temporalidad.

En cuanto al coste de acceso a la vivienda para una persona joven, según los datos correspondientes al primer trimestre de 2006 del Observatorio Joven de Vivienda, los jóvenes extremeños son los que menos dinero tienen que destinar de España a la compra de una vivienda en el mercado libre con un 36%, frente a la media nacional que se sitúa en un 60%.