Finales de los años veinte. Pablo es oficinista de la moderna compañía de telefonía en Madrid. Es uno de los empleados de la empresa de referencia que prevé cambiar el futuro. Su puesto en la planta baja de las oficinas se desarrolla de manera paralela al de las nuevas telefonistas que se acaban de incorporar: Ángeles (Maggie Civantos), Carlota (Ana Fernández), Margarita (Nadia de Santiago) y Alba (Blanca Suárez). En la serie, Pablo es el álter ego de Nico Romero (Cáceres, 1983).

El actor extremeño da vida al joven trabajador en Las chicas del cable, la primera superproducción que produce Netflix en España --y Bambú Producciones--- y que ha estrenado este abril. La primera apuesta de la plataforma ‘online’ de pago, mediática y esperada, ha recibido tal acogida que ya rueda segunda temporada. EL PERIÓDICO EXTREMADURA habla con el cacereño, inmerso en el rodaje de los capítulos que esperan desvelar las incógnitas que ha dejado la serie en la que también figuran nombres como Ana Polvorosa, Yon González, Martín Rivas y Concha Velasco.

Fueron «muchas» las razones» las que empujaron al extremeño, con experiencia en series como Bandolera (Diagonal TV para Antena 3) o en Amar es para siempre (Diagonal TV para Antena 3) o Cita a ciegas (Big bang media para Cuatro) a aceptar el papel de Pablo. «Es una serie muy ambiciosa y es una gran oportunidad de trabajar en algo pionero, me parecía especial formar parte», anota el joven que insiste en que «un proyecto que aúna trabajar con una de las productoras más potentes de la ficción española como Bambú junto con la plataforma más potente de ficción de series, era sí o sí».

En ese sentido, destaca que la ficción trata de «transmitir la realidad de cuatro mujeres en una época en la que les era muy difícil salir adelante porque vivían en un mundo de hombres» y apostilla que «a pesar del paso de los años, esos problemas siguen vigentes». «Todavía la mujer tiene que enfrentarse a muchos actos de injusticia y de machismo, trata problemas que son perfectamente actuales», concluye. El actor extremeño ya había coincidido con Nadia de Santiago, la joven que interpreta a Marga y con la que mantiene un estrecho vínculo durante los ocho capítulos de la serie. «Trabajar con ella es lo mejor que me ha pasado en mi carrera, es una suerte, te hace mejor», resuelve. Lo que es cierto es que sus personajes mantienen una relación menos fácil de la que disfrutan en la realidad (spoilers), pero con respecto al papel no entra en debates internos. Tanto Pablo como Marga «son iguales, son puros de experiencia social». «Nunca hay maldad, Pablo es muy niño en el aspecto amoroso, para el todo es nuevo», añade. «No supone ningún problema para mí porque no es un personaje que tenga una estrategia, simplemente se enamora y se le van acumulando los sucesos y la realidad le sobrepasa y no la sabe controlar», concluye.

En pleno rodaje

El cacereño, que ya maneja su currículum con soltura en la televisión, confiesa que el proceso de rodaje en una serie para una plataforma como Netflix que «no atiende a parámetros de audiencia como tal», es diferente. «Puedes estar centrado en hacer tu trabajo», agrega. Ahora está enfrascado, igual que el resto de sus compañeros de elenco en el rodaje de la segunda temporada --también el gigante ‘online’ ha anunciado una tercera--. Hasta ahora, reconoce que el proceso «ha sido una gozada». «Odio los fines de semana, me lo paso muy bien haciendo de Pablo». Confiesa también que a medio camino del cajón --hasta que termine el rodaje de los nuevos capítulos-- está un proyecto de teatro que prevé sacar adelante temprano con algunos compañeros, pero que por el momento tendrá que esperar. Pablo ocupa todo su tiempo.