El extremeño Diego Neria Lejárraga, el primer transexual de la historia en ser recibido por un papa, ha afirmado que la transexualidad "es mucho más que unos genitales" y ha defendido que "a nadie debe importarle lo que los pequeños tengan debajo de su ropita".

La vida privada de este placentino de 51 años, que en 2007 se sometió a una reasignación de género, se convirtió en pública en 2015 después de conocerse que fue recibido en audiencia privada por el papa Francisco en la Casa de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, junto a su pareja, Macarena.

Ahora, este funcionario del Ministerio de Agricultura con fuertes convicciones católicas ha remitido una carta al presidente de la organización Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, para, "desde un extraño pero sincero respeto, hacerle varias preguntas sobre el autobús que con ese mensaje innecesario pretende recorrer la geografía española."

En su escrito, el extremeño pregunta a Arsuaga si se ha preocupado antes de lanzar esta campaña "por tratar de ponerse en la piel" de los padres de un menor transexual o si ha podido "sentir" a través de alguien conocido o querido la dificultad que supone para una persona que nace en un cuerpo equivocado "caminar cada día".

"Supongo que sus respuestas serán todas no, porque de otra forma sería imposible que alguien con mínimos principios de moralidad pueda arremeter sin sentido contra algo tan sagrado como es la vida del otro", ha apuntado.

Lejárraga ha destacado que tanto él como las personas que forman Hazte Oír comparten "el mismo Dios".

"La diferencia es que ustedes lo disfrazan de juez con látigo, de clasismo y exclusión, de miedo e infierno de amor para unos y no para otros. Mi Dios (que es el suyo) no entiende de diferencias, ni de odio sin sentido, ni de cerrojos en su casa; mi Dios me escucha y me abraza, le guste o no y si alguien ha de irse en ningún caso seré yo, créame", ha subrayado.

Diego Neria Lejárraga ha destacado que la transexualidad no es algo que se elige "y es mucho más que unos genitales, y sí, existen niños y niñas, pero a nadie y menos aún a gente con mentes cerradas y enfermas de ira y desconocimiento, debe importarles lo que los pequeños tengan debajo de su ropita".

Lejárraga ha invitado a Ignacio Arsuaga a debatir, desde el respeto, "apostando por el dialogo y con el fin de frenar esta absurda guerra entre unos y otros donde lamentablemente las balas son los pequeños o tratemos de ignorarnos al menos".

"Yo no quiero ni su apoyo, ni su ayuda ni su aceptación, tan solo quiero respeto y que deje mi camino y el de todos los, para usted distintos, libre de rocas que nos impidan caminar como a cualquiera", ha concluido.