Tras cinco años reduciendo progresivamente su valoración, los extremeños creen que en el último año la sanidad pública ha mejorado y vuelven a otorgarle una nota superior al 6,20 que no se registraba desde el año 2012. Así lo muestra el último Barómetro Sanitario de 2015, una encuesta nacional del Ministerio de Sanidad y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que se realiza anualmente desde 2002.

Según sus datos, los extremeños evalúan el sistema sanitario público, en concreto, con una puntuación de 6,24 sobre 10, la quinta más baja del país, exceptuando las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y por debajo también de la media nacional situada en un 6,38. Como anécdota, el informe señala que ninguno de los extremeños encuestados da un 10 a la sanidad. Los mejores valorados un año más son los sistemas sanitarios de Navarra (con una nota de 7,38) y Aragón (7,18), según la satisfacción de sus usuarios. En el lado contrario están Canarias (5,80) y Cataluña (6,02).

Los resultados del barómetro, extraídos tras realizar más de 7.800 encuestas entre los meses de marzo y octubre del 2015, demuestran una mejora de la percepción que los extremeños tienen de su sistema público de salud aunque una mayoría opina que serían necesarios algunos cambios. Casi el 80% de los extremeños consideran fundamental modificar ciertos aspectos del Servicio Extremeño de Salud: un 47% cree que su funcionamiento es bueno aunque necesita mejoras y otro 32% cree que algunas cosas funcionan pero son más las que se necesitan cambiar.

Tras el empleo, lo segundo que más preocupa a los extremeños es precisamente la sanidad, como ocurre en el conjunto del país. Y el sistema público es el preferido aunque no en todos los casos. Son mayoría los que prefieren la sanidad privada a la hora de visitar a un especialista. Por su parte, para la atención primaria, las urgencias y la hospitalización optan mayoritariamente por el servicio público. Entre estas la mayor puntuación se la otorgan a la atención primaria, con una nota media de 7,07; la atención especializada la puntúan con un 6,35; las urgencias un 5,89; y la asistencia en los hospitales públicos y los ingresos tienen una nota media de 5,85. Entre otros aspectos valorados de la sanidad pública frente a la privada destacan la tecnología disponible y sus profesionales. En el lado opuesto, una mayoría considera que se ofrece más información sobre el problema de salud en el sistema privado así como una atención más rápida que en la sanidad pública. Por tiempo de atención, el 63% prefiere la medicina privada y un 48% también por el trato personal, más valorado que en el sistema público. El confort de las instalaciones también es otra factor a favor de la privada, según los datos del barómetro.

En el último año, los extremeños siguen percibiendo las listas de espera como uno de los principales problemas. Para un 53% de los encuestados la situación sigue siendo la misma que hace un año, para un 22% las listas han empeorado y para un 13%, han mejorado.

En esta edición del barómetro, se incluye una nueva pregunta de actualidad que este año está relacionada con los cigarrillos electrónicos. El 90% de los extremeños los conoce y un 53% considera que supone un riesgo para la salud, uno de los porcentajes más elevados del país. Apenas uno de cada cinco encuestados cree que ayudan a dejar el hábito del tabaco.

Sobre el copago farmacéutico, en el último año ha bajado de un 4% al 2% el porcentaje de encuestados que reconoce haber dejado de tomar alguna medicina por motivos económicos. Para el 35% de extremeños está "bien" que cada persona pague en función de su nivel de renta, otro 33% cree que habría que volver al sistema anterior y un 26% apuesta por crear más tramos para adecuar mejor las aportaciones a los ingresos de los pacientes.

Desde la Plataforma para la Defensa de la Sanidad Pública de Badajoz, su portavoz, Pilar Martínez, insiste en la necesidad de reclamar a la Administración que mantengan unos servicios de calidad y públicos, porque así lo demanda además los ciudadanos. Considera positiva la mejora de la percepción de los extremeños en solo un año y cree que, al menos en la ciudad de Badajoz, se nota en una rebaja de las listas de espera. "Tampoco se han visto camas en los pasillos de los hospitales y eso mejora la percepción del sistema". A su juicio, buena parte de la valoración positiva tiene que ver con la labor de los profesionales, sobre los que han recaído en gran medida los recortes realizados en los últimos años.