La 'tercera provincia' se hace cada vez más pequeña. Los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística reflejan, una vez más, que cada año son menos los extremeños que residen en otras comunidades autónomas. De hecho, han bajado por primera vez del listón de las 570.000 personas.

Según se refleja en el detalle del padrón oficial a 1 de enero de 2015, el número de personas nacidas en Extremadura y residentes en el resto de España es de 568.484. Son 7.700 menos que un año antes, lo que supone un descenso del 1,34%.

Las bajadas se producen en casi todas las comunidades, con las únicas excepciones de Canarias, donde los extremeños aumentan un 1,40%; Galicia, con un 0,27% más; y Baleares, con apenas un 0,01% de aumento.

En el lado contrario, Asturias encabeza los descensos, con un -1,81%, seguida por los tres destinos históricos de la emigración extremeña: Cataluña, donde disminuyen un 1,78% (2.261 extremeños menos); País Vasco, con un -1,72% (942 menos); y Madrid pierde un 1,35%, con 2.820 extremeños menos. La suma de estas tres comunidades explica casi el 80% de la reducción de los extremeños que residen en el resto del país. También está por encima de la media la Comunidad Valenciana, con una disminución del 1,51%.

Por provincias, el número de nacidos en Extremadura bajó en 39 de ellas. Los mayores porcentajes de descenso se registraron en Segovia (-2,4%), Teruel (-2,2%), Jaén (-2,1%), Gerona (-1,9%), Barcelona, Asturias y Vizcaya (-1,8%). Entre las 11 subidas destacan Melilla (2,6%), Las Palmas (2%), Soria (1,3%) y Pontevedra (1,2%).

TENDENCIA CONSTANTE Pero lo ocurrido a lo largo del 2014 y reflejado en el padrón de 2015 no es un fenómeno aislado, sino que supone la continuación de una tendencia que no frena. Desde el inicio de la serie estadística del padrón, en 1998, el número de personas nacidas en Extremadura y residentes en otras comunidades no ha dejado de bajar. En el total de la última década han sido 75.947 extremeños menos, un 11,8%, a razón de unos 7.600 de media cada año. Las únicas regiones que han escapado al descenso en este periodo han sido Castilla-La Mancha, Galicia y Murcia. Y si nos remontamos a 1998, la bajada alcanza las 104.993 personas, un 16,3%.

Este ritmo de disminución se está traduciendo en una constante pérdida de peso del colectivo de emigrantes sobre el total de personas nacidas en Extremadura. Si en 1998 el 41% de los naturales de la región residían en otros puntos de España, ahora esa cifra se ha reducido hasta el 37,8%, aunque esto quiere decir que todavía hay más de un tercio de los extremeños fuera de su tierra.

El hecho de que se esté produciendo esta disminución del número de extremeños residentes en el resto del país puede resultar contradictoria con los datos conocidos de los movimientos migratorios, en los que se refleja que de la región siguen emigrando más extremeños que los que retornan. Y 2014 no fue una excepción, como recoge la Estadística de Variaciones Residenciales del INE. A lo largo de ese año, 6.915 personas nacidas y residentes en Extremadura cambiaron su domicilio a otra comunidad, mientras que solo 4.596 extremeños de nacimiento retornaron a la región. La diferencia entre emigrantes y retornados arroja un saldo negativo de 2.319 personas, que a priori debería hacer aumentar la presencia de extremeños en otras regiones.

DEFUNCIONES ¿A qué se debe esta paradoja? La clave está en las defunciones. Según datos del INE, en 2014 fallecieron 9.307 extremeños con residencia en otras CCAA. La cifra resulta muy llamativa, sobre todo si se tiene en cuenta que se acerca mucho a los 9.859 extremeños residentes que murieron en la región.

Pero todo encuentra su lógica si se observa que más de dos tercios (en concreto, 6.464) vivían en Madrid (3.224), Cataluña (2.267) y País Vasco (973). Son precisamente las tres comunidades que recibieron el grueso de la emigración española desde finales de los años cincuenta y hasta mediados de los setenta del siglo pasado, en la llamada época del desarrollismo. Aquellos emigrantes, que se marcharon con 20 o 30 años, han superado ya los 70. Algunos han ido regresando a Extremadura tras la jubilación, pero la mayoría permanece en sus tierras de acogida, porque allí es donde se ha criado su familia y donde pasarán sus últimos días.

El hecho de que el bloque principal de los emigrantes extremeños se encuentre ahora en la jubilación es el factor que determina el alto ritmo de defunciones de extremeños en el exterior. Y hace prever que continuará siendo así durante algunos años más, de modo que la cifra de extremeños residentes en otras comunidades seguirá reduciéndose.