Los extremeños son, tras los baleares, los segundos que soportan una mayor presión fiscal autonómica en España. De acuerdo a las últimas balanzas fiscales publicadas por el Ministerio de Hacienda, correspondientes al 2014, el sobreesfuerzo fiscal soportado por cada ciudadano de la región por este concepto ascendió ese año a una media de 138 euros, frente a los -14,4 euros en los que se situó el promedio estatal.

Por sobreesfuerzo fiscal este informe, que en realidad se denomina Sistema de Cuentas Públicas Territorializadas, entiende todos aquellos ingresos procedentes de los impuestos propios establecidos por las comunidades autónomas así como la diferencia de recaudación resultante del uso que cada una de ellas hace de su capacidad normativa en materia fiscal para modificar al alza o a la baja los tipos de los tributos cedidos. También se agregan, pero en este caso con signo negativo, las rebajas fiscales de las que disfrutan tanto Canarias como Ceuta y Melilla, y que hacen que estos tres territorios aparezcan como aquellos en los que sus habitantes soportan un menor recargo fiscal autonómico.

La mayor parte de los 138 euros que de media alcanza el plus fiscal autonómico extremeño proviene de los tributos propios que se han establecido en la región, que suponen 123 euros. La comunidad autónoma ha legislado seis gravámenes propios: sobre Aprovechamientos Cinegéticos; sobre Instalaciones que Incidan en el Medio Ambiente; sobre la Eliminación de Residuos en Vertedero; Canon de Saneamiento; sobre Suelo sin Edificar y Edificaciones Ruinosas; y sobre los Depósitos de las Entidades de Crédito. No obstante el primero de estos dos últimos fue suprimido hace ya más de un lustro y el segundo está sin efectos por la existencia de otra exacción estatal. Tras las figuras impositivas particulares de la región, aparecen, con 26 euros, el Impuesto sobre Hidrocarburos y con 5,9 el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITP y AJD). En términos absolutos, esta mayor carga fiscal se tradujo en la región en el 2014 en 151,3 millones de euros.

Así las cosas, el diferencial entre lo que se abona de más de media en Extremadura y en Canarias (la región donde el descuento fiscal es más elevado, con -769,7 euros) se sitúa en 907,7 euros. Este margen se debe, entre otras cosas, a que en este archipiélago no se aplica el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Es sustituido por un tributo similar, el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), pero que grava con unos tipos más bajos. El resto de territorios que aparecen en el grupo de los más favorecidos también gozan de unas circunstancias especiales en materia tributaria. Por un lado, Ceuta y Melilla. Ambas ciudades autónomas disminuyeron la factura tributaria para sus habitantes en 648,6 euros por cabeza en el 2014. Las otras dos autonomías que completan este grupo son las del régimen foral, con capacidad para establecer su propio régimen tributario y de encargarse de las tareas de recaudación. A cambio, abonan un cupo con el que compensan al Estado por las competencias no asumidas. De esta forma, navarros y vascos se ahorraron 563,4 y 391,1 euros, respectivamente.

También pagan menos, aunque ya a mucha distancia, los madrileños (72,7 euros) y los castellano-manchegos (0,7 euros). Para las demás regiones, el recibo tributario se incrementa a causa de la fiscalidad autonómica. Además de Baleares (a la cabeza con 167 euros) y Extremadura, las comunidades para las que este saldo resulta más oneroso son Murcia (105,8 euros por habitante); Cataluña (102,3 euros); Aragón (92,4 euros); y Comunidad Valenciana (88,3 euros).

Se trata del cuarto año que el Ministerio de Hacienda publica esta estadística. Y Extremadura siempre ha aparecido en los lugares de cabeza en relación al sobreesfuerzo fiscal autonómico. En el 2011 fue con, 82,4 euros, la segunda, tras Asturias, y ocupó el primer lugar de la lista tanto en el 2012 como el 2013, con 240,4 y 198 euros, respectivamente.