La dehesa extremeña tiene como principales males la falta de rentabilidad y el envejecimiento masivo de su arbolado, según el coordinador del Instituto Universitario de Investigación de la Dehesa de la Universidad de Extremadura (INDEHESA), Fernando Pulido.

Pulido ha participado como ponente en una jornada técnica sobre la dehesa organizada por la Universidad de Extremadura celebradas en Plasencia.

En declaraciones a los periodistas, el profesor Pulido ha señalado que uno de los principales retos de futuro de las 2.500 fincas de dehesa con las que cuenta Extremadura es ser rentable "porque de esta manera se conserva por sí misma", ha afirmado.

Fernando Pulido ha explicado que, además de superar las dificultades en materia de sanidad animal y vegetal, el problema de fondo más importante es el de la falta de rentabilidad de las explotaciones, principalmente derivada por un marco poco adecuado de ayudas europeas.

"Las ayudas de la Política Agraria Común no están pensadas para sistemas como la dehesa y hace falta que la dehesa pelee para que esos sistema de ayudas se adapten a ella", ha agregado.

En este sentido, ha asegurado que la única forma de mejorar las condiciones de rentabilidad de la dehesa es combatir su abandono.

Asimismo, ha añadido que el segundo gran problema de la dehesa es la falta de regeneración, de tal forma que al igual que ocurre con el personal laboral en el campo, la inmensa mayoría están dominadas por arbolado envejecido, que en el caso de las de titularidad pública se trata de ejemplares "decrépitos".

Fernando Pulido ha manifestado que durante los últimos veinte años se han hecho esfuerzos muy importantes en Extremadura, ya que se han reforestado unas 200.000 hectáreas.

"Pero no podemos reforestar toda la vida porque las ayudas son limitadas por lo que es necesario que los gestores comprendan que hay que buscar una gestión compatible con la regeneración", ha concluido.