A la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, le han salido fantasmas fiscales en su palacio de Trujillo. El edificio, conocido como palacio de Chaves Calderón, que fue adquirido por la ministra y su marido en el 2000, es ahora el centro de una historia repleta de irregularidades y en la que Del Castillo no sale bien parada.

Varios documentos oficiales, según desvela Interviú , del Grupo Zeta, aseguran que la ministra eludió pagar al fisco 30.000 euros (cinco millones de pesetas) en impuestos al vender su marido una sociedad de la que ambos eran accionistas, además de compatibilizar su cargo en el Gobierno con su condición como accionista de la citada firma.

La historia se inició el 7 de octubre de 1999, cuando Del Castillo y su marido, Guillermo Cortázar (exdiputado del PP), decidieron convertirse en empresarios. Para ello constituyeron la sociedad Patrimonio Histórico e Inversiones, con un capital social de 30.052 euros, dividido a partes iguales entre ambos, y en la que Cortázar se convertía en administrador único.

CURIOSIDADES

Transcurrido medio año adquieren su primer inmueble. El palacio trujillano. Una edificación histórica de tres plantas con una superficie de 581 metros cuadrados, de los que 86 corresponden a la torre-terraza. A todo ello hay que añadir una zona ajardinada de 607 metros cuadrados y otro conjunto formado por piscina, casa-piscina-vestuario, aljibe de agua independiente y cuarto de caldera-depuradora, que ocupa 62 metros.

El mes en el que se hizo la compra, abril del 2000, Cortázar juró su cargo como diputado del PP en el Congreso y Del Castillo fue nombrada ministra de Educación.

Pero lo más curioso es que la empresa vendedora está domiciliada en el paraíso fiscal de Panamá y su nombre, Historic Investments, es prácticamente igual que el de la sociedad creada por el matrimonio. Desde Educación aseguran que entre las empresas no existe ningún vínculo y el Registro Público de Panamá no permite conocer la verdadera identidad del dueño de la firma.

Pilar del Castillo fue dueña del 50% de las acciones de la empresa matrimonial hasta el 12 de julio del 2001, un periodo en el que la empresa no pagó el impuesto de sociedades y la ministra redujo su factura fiscal debido a que el palacio no figuraba como propiedad suya al estar a nombre de Patrimonio Histórico e Inversiones.

En Educación han admitido que la empresa no realizó durante el año 2001 los ingresos a cuenta que establece la ley para las sociedades que obtienen beneficios, situación que atribuyen a "un descuido" y sostienen que ya se ha regularizado la situación al pagar a Hacienda con el correspondiente recargo.

En marzo del 2001 la pareja cambió el régimen jurídico del matrimonio, del sistema de gananciales al de separación de bienes, y cuatro meses después Del Castillo vende a su marido el 50% de Patrimonio Histórico e Inversiones por 15.026 euros, valor nominal de las acciones, por lo que la ministra no declaró plusvalías.

Pero los activos de la empresa (esencialmente el palacio de Trujillo) superaban los 856.000 euros, mientras que las deudas a acreedores eran de 493.000 euros, por lo que el patrimonio neto superaba los 372.000 euros. El patrimonio de la parte de la ministra pasaba de 186.000 euros, por lo que debería haber declarado unas plusvalías de 170.000 euros y pagado 30.000 euros, el 18% de impuestos.

Interviú contactó con Del Castillo para recabar su versión. Sin negar dato alguno, la respuesta de la ministra fue que se remitía a los documentos que ha presentado desde 1996 en el fichero de altos cargos. La portavoz del PP Ana Mato dijo ayer desconocer el caso y tener fe ciega en la ministra de Educación.