Los farmacéuticos no son los únicos culpables del boom del gasto en medicamentos en la región. Es el mensaje que lanzó ayer el presidente del Consejo Extremeño de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Extremadura (Coexfar), Cecilio Venegas, que además, presentó una serie propuestas encaminadas a reducir la factura farmacéutica que pagan los extremeños, que ronda los 360 millones de euros y que se ha incrementado notablemente en los últimos meses, según la Administración sanitaria, fundamentalmente por la receta electrónica y con el agravante de sus fallos.

Para combatirlos, Venegas apuesta por la utilización de la tarjeta sanitaria con chip para prescribir y dispensar los fármacos. Este sistema funcionaría como una especie de tarjeta de crédito --personal e intransferible--, que el paciente tiene que mostrar al ir a por los medicamentos a la farmacia y, de este modo, el farmacéutico puede controlar que hace un uso correcto de los mismos. Así se evitarían, por ejemplo, fallos como la dispensación excesiva como consecuencia de una receta electrónica que no se desactiva cuando el paciente recibe un fármaco y este, por afán de acumularlos, acude a otros establecimientos en busca de más envases.

También propone revisar los plazos de la receta electrónica --que actualmente funciona para tres, seis o doce meses-- o la puesta en marcha de un teléfono de consultas donde el usuario pueda saber qué tratamientos tiene activos y cuáles no. Igualmente, insta a confeccionar una lista con los medicamentos que más se consumen y las farmacias que más dispensan, que permitiría tener un registro y perseguir posibles fraudes.

LA LLAVE DEL SISTEMA Pero Venegas hace especial hincapié en el uso efectivo del chip incorporado en las tarjetas electrónicas sanitarias (ya hay 200.000 distribuidas, pero ninguna está activada todavía), que define como "una llave para abrir el sistema". A su juicio, es la única vía para controlar el correcto funcionamiento de la prescripción y dispensación de medicamentos, aunque advierte que su puesta en funcionamiento es cara.

Al respecto, el subdirector de Farmacia, José Luis Chorro, asegura que esta tarjeta podría resolver los fallos del sistema, "puesto que obligaría al paciente a estar delante a la hora de recetar y a la hora de comprar", aunque advierte que "su finalidad no es evitar que se hagan las cosas mal, sino proporcionar más información sobre el paciente".

Por otra parte, Venegas confirmó a este diario que la posible emisión de facturas con el coste de las medicinas --medida que el SES está estudiando en estos momentos y de la que ya informó este diario-- "es perfecta para concienciar a los pacientes", sobre todo después de que por decisión de la Adminstración, y en contra de los farmacéuticos, los precios de los medicamentos hayan dejado de reflejarse en los envases.

Pero en cualquier caso, señaló que la receta electrónica es una buena herramienta que hace que el cumplimiento terapéutico sea eficaz, sobre todo en los núcleos urbanos, donde ir al médico es más costoso en esfuerzo y tiempo que en las poblaciones más pequeñas.