Los farmacéuticos pedirán desde el mes de febrero la tarjeta sanitaria a todos los extremeños que quieran adquirir medicamentos. De este modo, el paciente no sólo tendrá que portar la tarjeta cuando acuda a la consulta del médico, sino también cuando vaya luego a la farmacia a retirar la medicina prescrita. Con ello se pretende controlar en cada momento qué se está tomando y quién lo ha recetado.

En estos momentos, las oficinas de farmacia están siendo equipadas con las aplicaciones informáticas correspondientes para poder realizar esta tarea --la experiencia piloto se está desarrollando en Cáceres--, ya que a partir de entonces una pegatina identifica mediante un código de barras al paciente "para que sepamos quien se toma el medicamento", manifestó a EL PERIODICO Cecilio Venegas, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz.

Los usuarios deberán pasar la tarjeta sanitaria por una máquina para que quede registrado quién ha prescrito, quién ha dispensado y quién ha consumido el medicamento.

De esta forma, quedarán grabados todos los datos de cada persona y se hará un seguimiento pormenorizado de las medicinas que consume a lo largo de su vida, además de las prescripciones médicas. Así, cada farmacia sabrá en cada momento qué fármacos están tomando los pacientes.

La medida es una de las que figura en el convenio firmado a finales del pasado año entre el Servicio Extremeño de Salud (SES) y los colegios de farmacéuticos extremeños. Actualmente, según manifestó Cecilio Venegas, el sistema sólo se desarrolla en Cataluña, y van a seguir el ejemplo extremeño las comunidades de Castilla y León, y Aragón.

MEDICINAS SIN MARCA

Dentro de este mismo acuerdo, y como actuación enfocada a que el incremento del gasto en medicamentos mantenga una progresión razonable, boticarios y Administración sanitaria acordaron impulsar un sistema en el que el médico no recetase medicinas con marca, sino principios activos. Luego, sería el farmacéutico el que dispensaría un fármaco genérico, caso de existir, y si no, uno de los tres medicamentos más baratos.

Esta medida está a expensas de que Sanidad y los médicos lleguen a un acuerdo sobre cómo se incentivará la prescripción sin marca.

De momento, la iniciativa ya ha tenido respuesta por parte de Farmaindustria, que ha amenazado con llevar a los tribunales acuerdos que considera contrarios a las normas europeas de libre mercado y perjudiciales para los pacientes.