El vicepresidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Jaime Carbonell Martínez, reclamó ayer una legislación "adecuada" que acabe con la "alegalidad" que existe en España acerca de la venta de fármacos por internet porque, "por culpa de la Red, la salud está desprotegida de momento".

En su intervención en la mesa redonda sobre Retos del modelo de farmacia dentro del XVI Congreso Nacional Farmacéutico que se celebra hasta hoy en Badajoz, Carbonell explicó que en España, a pesar de que la venta de fármacos por internet "puede resultar peligroso" y actualmente se permite solo a través de farmacias legalmente establecidas, con participación de farmacéutico y con información al paciente, aun se trata de una actividad alegal, ya que hasta el momento carece de desarrollo reglamentario.

En este sentido, recordó que, según estudios de la Organización Mundial de la Salud y de distintos colegios farmacéuticos, hasta el 50% de los fármacos que se venden por internet son ilegales ya que se trata de partidas retiradas, caducadas o incluso falsificaciones, lo que incrementa el riesgo de reacciones adversas que pueden incluso causar la muerte. De hecho, apuntó que unas 200.000 personas mueren al año por esta causa. Además, señaló que se trata de un problema común a todo el mundo, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados y, en este sentido, apuntó que mientras en Rusia el 35% de los medicamentos que se venden son ilegales, en Nigeria y Angola la cifra sube hasta el 70%.

En total, se considera que el 10% de todos los fármacos del mundo son falsos lo que se calcula que en el 2010 supondrá un volumen económico de 55.000 millones de euros. Según Carbonell, esto se debe a que se trata de un negocio a pequeña escala que crece porque es "rentable, ya que se realiza en pequeños lugares sin garantías sanitarias, con gran facilidad de distribución y dispensados por gente sin formación", favorecido por una tendencia creciente de compra por internet por parte de los ciudadanos, simplemente por motivos de "comodidad, temor a que el médico no se lo prescriba o por vergüenza por la enfermedad que se padece".