La Semana Santa de Alcuéscar descansa sobre dos sólidos pilares: fe y tradición. Este pueblo cacereño vive la semana de pasión con profundo respeto. Tres cofradías procesionan sus imágenes en seis desfiles: el del pasado Domingo de Ramos y los que vivirán el Jueves y Viernes Santo y Domingo de Resurrección.

Mañana, a las siete de la tarde, salen las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Santo Cristo Crucificado y la Virgen de los Dolores.

El Viernes Santo, a las 12 de la mañana, se declama el sermón de las siete palabras , acompañando a las mismas imágenes. Ya por la tarde, a partir de las siete, de nuevo el Nazareno, el Crucificao y la Dolorosa acompañarán al Cristo Yacente en un impresionante entierro. En cada esquina o corralejo se agolpan decenas de vecinos musitando plegarias y súplicas a sus imágenes. Pero no termina aquí el día; a medianoche recorre el pueblo La Soledad, en la que una Cruz con sudario precede a la afligida madre de Cristo. La noche cerrada se encarga de poner, si cabe, un tinte mas dramático al paso de las imágenes.

El Domingo de Resurrección, bien temprano, a las ocho de la mañana, desfilan el Resucitado y La Labradora, que procesionan por distintos itinerarios hasta encontrarse en La Plaza. En ese momento, tras poner a la Virgen un manto blanco, cientos de vecinos disparan sus escopetas de caza en señal de alegría.