Hemos ganado una batalla, pero aún nos queda una larga travesía del desierto". Así, entre la euforia y la preocupación, valoraba ayer Antonio Rodríguez, uno de los socios de la Sociedad Cooperativa Frutas Caval que en la última semana han mantenido un encierro para solicitar información sobre la situación económica de la empresa --que ha presentado suspensión de pagos y para la que se está elaborando un plan de viabilidad--, el anuncio de la dimisión del gerente, Manuel García, al que consideraba el "principal escollo" para solucionar la crisis que atraviesan.

Los miembros que permanecen en la junta rectora, con Juan José Magdaleno a la cabeza, seguirán en su puesto hasta nueva decisión de la asamblea. La próxima cita es el día 14, cuando está previsto que se presente el plan de viabilidad que están elaborando dos empresas bajo la supervisión de técnicos de la Junta.

Según explicó Magdaleno, en la asamblea del pasado 14 de octubre el consejo rector de la cooperativa al completo, de la que también formaba parte el gerente, presentó su dimisión. Sin embargo, esta no fue aceptada por los socios, por no considerar conveniente disolver el órgano director de la cooperativa cuando esta se encuentra en un proceso de negociación con las entidades financieras para afrontar la deuda, que oscila entre los 15 millones que reconoce la junta a los 23 que estiman los socios críticos.

En la reunión extraordinaria de ayer, después de que el grupo descontento con la gerencia de Caval decidiera esta semana encerrarse en las instalaciones de la cooperativa hasta obtener explicaciones sobre la gestión, fue el gerente el que ratificó su dimisión, que logró en este caso el visto bueno de todos los asistentes. Ahora son las empresas encargadas de elaborar el plan de viabilidad las que coordinan la gestión, bajo la supervisión del Gobierno regional.

SIN EL PRINCIPAL ESCOLLO Para los socios críticos, se abre ahora una nueva etapa en la que, según palabras de Antonio Rodríguez, desaparece "el principal escollo" que había hasta ahora, en alusión al gerente Manuel Rodríguez. "No nos proporcionaba información, al contrario, nos ponía trabas para obtenerla. De hecho, ayer mismo volvió a desentenderse --durante la reunión-- de todo lo que le preguntamos", explica.

Este diario intentó ayer, sin éxito, contactar con Manuel Rodríguez, pero este dijo dimitir --tras admitir una deuda de 17,5 millones-- para no ser "el impedimento de que la junta rectora pueda ayudar a la cooperativa", informó Canal Extremadura TV .

Para Rodríguez se abre ahora una nueva etapa en la que podrán acceder a la información de la cooperativa y, una vez que se comprueben las cuentas, no descarta que haya que depurar responsabilidades por la actual gestión. "Una deuda de 23 millones de euros no aparece de un día para otro, habrá que averiguar qué ha ocurrido", considera.

A ello está también dispuesto el presidente de la junta rectora, que detalla que tendrá que ser la asamblea la que decida sobre la continuidad del propio órgano rector --"nosotros seguimos porque no queremos dejar la cooperativa sin representantes en un momento tan difícil", declara-- y de las medidas que sea necesario ir tomando, incluyendo la auditoría. "Lo que queremos sobre todo es evitar el concurso de acreedores", advierte.

RETOMAR EL DIALOGO En ese objetivo y en la satisfacción por que se retome el diálogo coincide Magdaleno con Rodríguez, ya que ambos celebran la rebaja de la tensión que se alcanzó con la asamblea de ayer. También el alcalde, Pedro Noriega, se pronunció en ese sentido, recordando que "Caval es una empresa muy importante para Valdelacalzada y todo lo que contribuya a que su situación mejore es positivo". No obstante, añade que "se ha dado un paso, pero los embargos aún sobrevuelan la cooperativa, así que hay que seguir trabajando en el plan de viabilidad con el apoyo de las instituciones y de los bancos.

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