Los doce antílopes negros indios localizados por la Guardia Civil en Zarza La Mayor (Cáceres) se encontraban en una finca dedicada a actividades de caza mayor y en la que hace ya al menos un año había ejemplares exóticos, según ha confirmado a este diario un extrabajador de este coto. Hasta el momento, de la investigación no ha trascendido si los animales de esta especie protegida fueron adquiridos para cacerías.

En este sentido, agentes de la Guardia Civil volvieron ayer a entrar en la finca en cuestión, La Rivera , para continuar con las investigaciones que se iniciaron el pasado 23 de diciembre, como acreditan las imágenes que se recogieron sobre el terreno. La Rivera es un coto de caza mayor de unas 1.800 hectáreas que desde hace cerca de tres años es regentado por un empresario de origen asturiano. Este coto es bastante conocido por los cazadores de la comarca porque es el único en el que se celebran batidas de caza artificial , es decir, con especies no autóctonas importadas de forma legal.

Hay que recordar que el pasado 23 de diciembre agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) localizaron una docena de antílopes negros indios en el interior de esta finca mientras realizaban un servicio de protección del medio ambiente. Estos antílopes proceden del norte de Africa y de la zona del Nepal y están incluidos en el tercer apéndice del convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), por lo que su comercio está muy restringido.

De hecho, el propietario de la finca no pudo acreditar ni el origen ni la compra lícita de estos especímenes, por lo que ha sido acusado de una vulneración de la ley anticontrabando.

MEDIO AMBIENTE A esto se suma que el empresario tampoco disponía de los preceptivos permisos y autorizaciones que debe expedir la Dirección General de Medio Ambiente del Ejecutivo extremeño, con lo que no se garantiza que su liberación en el medio natural no perjudique el equilibrio biológico autóctono.

Esto supone que de forma paralela a las actuaciones de la Guardia Civil el caso también ha pasado a la Dirección General de Medio Ambiente y a la Administración de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria. Según diversas fuentes del sector, si los técnicos de la consejería inspeccionan la finca podrían encontrarse con más incumplimientos de la normativa vigente en materia de caza, como es el caso del vallado.

Por lo que se refiere a la presunta importación ilícita de especies exóticas, parece ser que tampoco es nada nuevo. Y es que un extrabajador de la finca La Rivera ha asegurado a este diario que hace un año ya había ejemplares de este tipo en su interior.

Ahora las investigaciones de la Guardia Civil deberán determinar cuál era la finalidad de estas importaciones y si se han producido más casos similares en esta finca. En cuanto al destino que esperaba a los antílopes, la operación sigue abierta y uno de los objetivos es aclarar si se iba a realizar una batida o si se trata simplemente de un caso de coleccionismo animal.

Por su parte, la Sociedad Zoológica de Plasencia se mostró ayer convencida que tanto este caso como el de las cacerías de tigres y leones en Monterrubio "no son aislados". En su opinión está quedando claro que "los animales con y sin permiso deambulan sin ningún control", lo que a su vez aumenta sensiblemente el riesgo de la introducción de especies foráneas que podrían afectar a las autóctonas.