Firmo Xosé, con equis, como homenaje a la tierra y la cultura que me dio acogida. En Galicia me han tratado siempre como uno de los suyos y se enorgullecen de las cosas que he hecho. Mi nombre está en los libros de texto. Que los chavales me estudien y lean mis libros infantiles para mí es muy importante.

Pero nunca me he desvinculado de Extremadura. Es como si tuviera dos patrias. He procurado que no me sucediera lo que le sucede a tantos emigrantes: el desarraigo. Para ello estoy muy arraigado en la cultura del país donde vivo y estoy en contacto permanente con mi tierra, viviendo mi infancia y mi juventud en mis libros, pero no con nostalgia, sino como una forma de ver la historia y la vida.