La Fiscalía de Tráfico de Badajoz está a la espera del informe de reconstrucción del accidente de autobús ocurrido en Castuera en el que murieron cinco menores y que realiza la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil de Mérida, para elaborar sus conclusiones y poder dar por terminada en septiembre la instrucción que lleva a cabo el juzgado castuerano. En declaraciones a Efe, el fiscal de Tráfico de Badajoz, Diego Yebra, ha adelantado que en la causa "no habrá previsiblemente más imputados".

Cabe recordar que el siniestro cuya causa se instruye se produjo el pasado 8 de mayo. Se vieron implicados un microbús en el que viajaban los pequeños y una máquina retroexcavadora que hizo una maniobra por sorpresa al ser adelantada por el bus, según se indicaba en un informe de la guardia civil que trascendió hace unas semanas. Derivado de eso, está imputado el conductor de esa máquina, F.F.M., vecino de Castuera.

El abogado de F.F.M., José Duarte, ha solicitado que se impute de igual manera al conductor del microbús en el que viajaban los menores, algo a lo que se ha opuesto el fiscal al considerar que "no tiene responsabilidad". Sobre este asunto está previsto que la titular del Juzgado de Instrucción nº 2 de Castuera resuelva la semana que viene, y la Fiscalía espera que "atienda su petición de no imputarle".

El fiscal augura que para finales del mes de septiembre la juez podría dar por concluida la instrucción y decretar la apertura de juicio oral.

La fase de instrucción judicial del caso continuó ayer con la declaración, en calidad de testigos, del acompañante del conductor del microbús en el que viajaban los niños y un hermano del propietario de la retroexcavadora.

Según Enrique Olea, abogado del conductor del microbús, el acompañante de su cliente se ha ratificado en su primera declaración efectuada ante la guardia civil, apuntando a una maniobra brusca de la máquina como causa del accidente. A la vista de lo declarado, Olea concluye que "está todo perfilado, tenemos un informe pericial que nos dice claramente que el único culpable es el conductor de la maquinaria y así lo certifica además el testimonio del testigo que ha comparecido".

Este letrado admite como cierto que el microbús, en lugar de ir a 70 km/h iba a 84 en el momento del impacto, "un exceso en la velocidad permitida, aunque no es esa la razón causante del accidente --pues el siniestro se hubiese producido igual a 70, a 80 o a 90--, dado, insisto, en que es la maniobra de la excavadora la causante".

Contrariamente a lo manifestado por Enrique Olea a la salida del juzgado, el abogado del conductor de la máquina retroexcavadora, José Duarte, dijo que la declaración del acompañante adulto del microbús "va consolidando la versión de mi defendido, pues ha incurrido en contradicciones respecto de su declaración ante la guardia civil y de la testifical de su amigo el conductor del microbús y no dice la verdad al declarar que el microbús circulaba a una velocidad de entre 38 y 40 km por hora porque veía el velocímetro y porque era siempre muy prudente".

En opinión de Duarte, "su Señoría debe de estar esperando a la pericial de la guardia civil y de los peritos de las partes para adoptar alguna posición sobre la posible imputación del conductor del microbús".