Físicos de la Universidad de Extremadura (Uex) han detectado miniagujeros de ozono en la región. El fenómeno, del que se tiene constancia desde enero del 2004, se ha repetido ya en cuatro ocasiones. El citado gas, que se encuentra en la estratosfera formando la denominada capa de ozono, sirve para frenar la radiación ultravioleta, perjudicial para la salud. Un miniagujero se produce cuando desciende de forma "brusca y alarmante" la cantidad de ozono atmosférico y es fenómeno que suele prolongarse a lo largo de tres días y que es impredecible.

Además, el grupo Aire de la Universidad de Extremadura --así se denomina el equipo de físicos-- ha conseguido realizar las primeras mediciones de radiación solar ultravioleta durante un miniagujero , algo que nunca había sido realizado en el sur de Europa y cuyos resultados ha publicado la prestigiosa revista Geophysical Research Letters .

El primer registro de un miniagujero en Extremadura fue el 10 de enero del 2004. El fenómeno tuvo lugar durante tres días y fue de gran intensidad, duplicando los valores de la radiación ultravioleta que puede producir daños en la piel --como quemaduras solares o incluso cáncer--, en los ojos y debilitamiento del sistema inmunológico. El episodio ocurrió en invierno, por lo que no afectó a la salud humana, aunque los físicos aseguran que es muy probable que incidiera en el crecimiento de algunas plantas. Ese día, el nivel de ozono en la atmósfera descendió más de un 30% en toda la Península Ibérica. De haber ocurrido en meses estivales las consecuencias sobre la salud hubieran sido muy graves.

Ese mismo año se repitió el fenómeno, aunque con menor intensidad, en noviembre y en diciembre. El siguiente miniagujero que afectó a la región ocurrió en enero del 2006 con una reducción de ozono en la atmósfera de un 20%, aumentando la radiación ultravioleta un 30%, índices similares a los registrados en los casos anteriores.

Así lo indica Manuel Antón, uno de los ocho miembros que componen el grupo de investigación perteneciente al departamento de Física de la Uex. Desde su sede en el campus de Badajoz y gracias a un convenio con la Junta de Extremadura, controlan cuatro estaciones que miden la radiación solar ultravioleta y global en la capital pacense y Cáceres desde el año 2001. En el 2002 instalaron una tercera estación en Plasencia y este año han habilitado otra en Orellana.

Estos miniagujeros "se deben a ciertos factores dinámicos de la estratosfera, generalmente a movimientos de aire, por lo que ocurren en invierno", indica Manuel Antón. No obstante, asegura, en el norte de Europa ya se han empezado a detectar en los meses de abril y mayo, hecho que ha encendido la luz de alarma entre los investigadores.