Florentina Rodríguez logra llegar a fin de mes gracias a la ayuda de su hermana y, sobre todo, de su madre, "que me da de comer y me paga la luz y el agua, aunque sus 500 euros de pensión tampoco dan para mucho". Su error fue, explica, solicitar el ordenador que supuestamente le iban a dar por domiciliar la paga. En realidad lo que hizo fue, sin saberlo, pedir un préstamo. Ahora, cuenta, se le exige una cuota mensual de ochocientos euros cuando su pensión es de apenas 150. Estos problemas han causado que se agrave la enfermedad del aparato digestivo que padece y por la que tiene una baja laboral permanente. "He tenido que estar ingresada en el hospital", asegura.