El presidente del PP extremeño, Carlos Floriano, afirmó ayer en Badajoz que la posible dimisión de Carmen Matador sería "un gesto de coherencia" si es que la diputada siente algún tipo de malestar con los órganos directivos de este partido. "Hubo un congreso con unos resultados democráticos, a algunos no les ha gustado y a otros les ha gustado más", concluyó. Al mismo tiempo, reconoció que la diputada no le ha comunicado de forma directa sus pretensiones aunque, matizó, conoce la situación por conversaciones con el presidente provincial del PP en Badajoz, José Antonio Monago.

Por su parte, Carmen Matador aseguró a EL PERIODICO que ni mucho menos tiene decidida su renuncia: "Mi compromiso es con los electores y aún tengo muchas cosas pendientes en el Congreso. Una vez que estén cerradas, a lo mejor me marcho". De la misma forma, negó que hubiese transmitido a Monago su intención de renunciar a su acta como diputada y añadió que únicamente le había hablado de esta posibilidad al portavoz del PP en el Parlamento, Eduardo Zaplana, que le había pedido que se quedara, algo que, explicó, "dependerá de cómo se desarrollen los acontecimientos".

Matador aclaró que su malestar no es con "el partido a nivel nacional, sino con el de Badajoz", y lamentó la forma en la que se ha tratado al exconcejal de Hacienda pacense Nicasio Monterde. Respecto a la posibilidad de integrar alguna lista electoral que no sea de los populares aseguró que no se lo planteará mientras siga en el PP.