El Ministerio de Fomento mantiene intactos sus planes sobre el trazado extremeño del tren de alta velocidad (AVE) Madrid-Lisboa y no prevé modificarlos ocurra lo que ocurra en las elecciones portuguesas del día 27. La posibilidad de que el próximo gobierno luso --si el Partido Social Demócrata (PSD), de centro derecha, gana los comicios-- paralice las obras en su territorio preocupa en el seno del Ejecutivo español pero no obligaría a replantear el proyecto.

Ese es el discurso que de momento mantienen en Fomento y el que ayer marcó el titular de este ministerio, José Blanco. "Tenemos nuestros planes de construcción del AVE hacia Badajoz y hacia Vigo para que, en su día conecten con Portugal, y los vamos a mantener", garantizó en una entrevista en Telecinco. Fuentes de su ejecutivo insistieron en esta misma línea --"todo seguirá igual, las obras están en marcha"-- y apuntaron que no se maneja ningún tipo de cambio en la ubicación de la estación internacional Caya-Badajoz, que en principio seguirá teniendo su parada de mercancías en suelo portugués.

Blanco insistió en que no quiere interferir en la campaña electoral lusa y que el debate sobre la paralización del proyecto en Portugal "puede no tener nada que ver con lo que pase después". Por eso negó las acusaciones de la candidata del PSD, Manuela Ferreira Leite, que atribuyó a España intereses económicos y soberanistas en esta obra entre las dos capitales ibéricas. "Nadie pretende que (Portugal) sea una provincia española", enfatizó en respuesta a la aspirante a primera ministra. En su opinión, "la inversión en infraestructuras cohesiona el país" y, por tanto, beneficiaría al estado vecino y a sus ciudades.

El Grupo del PP en el Congreso coincidió ayer con el ministro en subrayar la importancia de que Portugal construya su red de alta velocidad. "Cualquiera que gane las elecciones, ni puede ni debe renunciar a lo establecido en las políticas de transporte de la UE", indicó su portavoz en la Comisión del Congreso, Andrés Ayala.

EL PSD MANTIENE EL DISCURSO Por su parte, Ferreira Leite volvió a utilizar ayer el argumento de los intereses españoles para justificar su promesa electoral de paralizar las obras del AVE si gana el día 27. A pesar de que el domingo tendió puentes hacia el diálogo para buscar una salida negociada con el Gobierno de España, ayer persistió en la independencia económica y política de su país: "No tengo miedo de defender los intereses del país, ni miedo de defender que nuestra independencia económica tiene que ser conservada. No me van a intimidar para que no hable de este asunto por el hecho de que ya haya extranjeros que me amedrentan", dijo en referencia a la reunión que alcaldes extremeños mantuvieron con ediles y empresarios lusos, el pasado día 1 en Elvas, para defender la continuidad del proyecto o a las reacciones que su discurso está generando en Extremadura.

La candidata del PSD y principal rival del actual primer ministro, José Sócrates --del Partido Socialista--, también profundizó en los motivos económicos que la llevan a oponerse a la construcción de las tres líneas de alta velocidad proyectadas en Portugal (Madrid-Lisboa, Lisboa-Oporto y Oporto-Vigo). Bajo su punto de vista, el AVE contribuirá a un mayor empobrecimiento de su país: "Me preocupa el endeudamiento público. Vamos a obtener fondos (los de la Unión Europea para financiar estas infraestructuras) para endeudarnos. Me parece poco racional, es como comprar en las rebajas: compras muchas cosas que después no sirven para nada".